ENFOQUE
Cumpleaños, ¿feliz?
Por Javier Lindenboim *
El término de un año suele traer aparejado el rito de la celebración. Generalmente, también se formulan deseos de eventual concreción futura. Pero no todos los aniversarios son motivo de festejo. Algunos provocan tristeza, más aún cuando la justificación no alcanza a entenderse. Hace dos años, aproximadamente, el Gobierno nacional tomó una desafortunada iniciativa. Inicialmente se trataba “solamente” de modificar el registro de dos o tres precios incluidos en la canasta que conforma(ba) el Indice de Precios al Consumidor: el más ostensible fue el ligado con la medicina prepaga, que implicó una modificación de los contratos establecidos entre usuarios y prestadores al solo fin de tener una excusa para no computar el aumento que, efectivamente, se había operado.
De allí en más la distorsión fue en aumento y muchos investigadores, usuarios y ciudadanos comunes supusimos que en ocasión del acto electoral de octubre de 2007 se procuraría un remedio a tamaño desatino. El recambio presidencial se produjo, pero nada cambió.
Quienes apostaban por mantener una mirada positivamente expectante de la gestión oficial, pero no comprendían aquella decisión, optaron por atribuirle un carácter de error o, en todo caso, de impropiedad de escasa significación (estadística, económica, social, política). Así sucedió que tanto los