jueves, 15 de enero de 2015

De las estadísticas creíbles a los cuentos y las fábulas Columna en Clarin del 15-1-2015

De las estadísticas creíbles a los cuentos y las fábulas

Tribuna.

HORACIO CARDO


El país que conocimos en el que las estadísticas oficiales no eran perfectas pero, en general, eran creíbles, dejó lugar a otro que se llenó de cuentos y fábulas. Tantas fueron estas que ya ni siquiera los autores de ocasión pueden disimular las penosas creaciones que perdieron coherencia y, por tanto, credibilidad.
Las dudas sobre el empleo no son nuevas. Ya hace unos años que se han producido informaciones poco creíbles. Veamos sólo un par de ejemplos, ambos referidos a lo publicado en el cuarto trimestre de 2008, es decir luego de casi dos años de registros ocupacionales estables y en momentos en que el gobierno nacional inició un programa de medidas destinado a evitar pérdidas de empleo (programa RePro, por ejemplo) e impedir otros males producto de la crisis internacional.
El actual presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, decía que “la crisis global impactó en Argentina en este cuarto trimestre como lo hizo también en otros países en desarrollo” (Página 12, 29-12-2008), y aclaraba: “los anuncios se podrían clasificar en tres, incentivos a la oferta, a la demanda –ambos con instrumentos crediticios o fiscales– y el plan de infraestructura.” Es decir, no hay dudas de que se trataba de una circunstancia evaluada por el Gobierno como preocupante. En ese contexto, cuando durante más de un año los registros de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) decían que en los aglomerados EPH había unos diez millones de ocupados (sin planes), apareció un inexplicable “salto” de más de doscientos mil puestos.
Varias cosas podrían comentarse pero los dos datos siguientes, correspondientes a las ramas “Textiles, confecciones y calzado” y “Restaurantes y hoteles” son los que mejor ilustran la intriga. Casi el 90% del aumento que habría ocurrido en el empleo según la EPH se concentró en esas dos ramas (alrededor de 90 mil en cada una, aunque ambas volvieron a retroceder en su nivel de ocupación en los trimestres siguientes). Simultáneamente, en ese trimestre casi todas las categorías se mantuvieron estables pero los asalariados precarios (en la jerga, los trabajadores en negro) aumentaron también en alrededor de 200 mil personas. En resumen, luego de un largo período de estancamiento ocupacional -según los propios datos del INDEC y en el momento en el cual se implementaban medidas para dinamizar la economía y evitar la pérdida de empleo- la EPH informa un incremento de más doscientos mil empleos, casi todos asalariados no registrados.
Con todos los antecedentes de manejo inapropiado en el instituto que fue un ejemplo de la producción de estadísticas en América Latina –de lo cual el párrafo anterior es apenas un detalle- no es extraño encontrarnos con datos escasamente comprensibles en materia de ocupación registrada por la Encuesta Permanente de Hogares y por la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU).
De esta última se conocen cuatro ediciones: 2010 a 2013 inclusive. Se realiza en coincidencia con los relevamientos que luego se compilan como Tercer Trimestre de la EPH, pero con una cobertura más amplia, aspirando a representar a la población urbana de Argentina. En 2012, la EPH decía alcanzar a 25.3 millones de habitantes y la EAHU a 36,9 millones. La proyección de la población total para entonces era cercana a los 41 millones.
Pues bien, la población representada por la EAHU aumentó en torno de uno por ciento en dos años. Es de hacer notar que la primera versión de esa encuesta se hizo en simultáneo con el Censo de 2010 y, se supone, con los mismos criterios y base documental. Por eso es sorprendente el resultado de la edición de 2013. Respecto del año previo, la población total registró un incremento de más del 3% totalizando un volumen superior a los 38 millones de personas. Esta cifra o bien significa un llamativo incremento del mundo urbano en el país o bien, una desmentida a los datos oficiales del Censo de Población de 2010 que, según su Cuadro P1, arrojaba un total en 2010 de 40,1 millones.
Como consecuencia de la evolución poblacional de la Encuesta (de 36,5 en 2010 a 38,1 en 2013), el empleo estimado en ese universo pasa de 15,1 millones en 2010 hasta alcanzar 16.1 millones de ocupados en 2013. Repasemos: en el primer bienio se crearon 400 mil puestos incluyendo un año muy dinámico como 2011. Pero luego el ritmo anual de aumento se triplicó (600 mil), casualmente en el año 2013 en el que disminuyó de manera notable el ritmo de la actividad económica.
No hay dudas de que las cifras resultan bastante difíciles de integrar con el conjunto de la información disponible.
Reclamar su clarificación no debiera ser calificada de mal intencionada. En verdad se suma este reclamo a muchos otros que aún deben las autoridades formales del INDEC y las autoridades políticas.
En momentos en que la situación económica y social está lejos de los buenos años inmediatos a la salida de la crisis de 2001, es una cuestión de primer orden dilucidar las cuestiones ligadas a la información básica de naturaleza económica, demográfica o social y transparentar el conjunto de la información que el Estado necesita y está obligado a producir y proporcionar.
Ojalá las autoridades estén a la altura de tales demandas.
Javier Lindenboim, Director del CEPED e Investigador del CONICET

domingo, 4 de enero de 2015

Reportaje de Graciela Fernandez Meijide por AM 1110,. Radio Ciudad

Nueva reproducción el 4-1-2015 por Radio Ciudad, AM 1110, del reportaje realizado por Graciela Fernándes Meijide, en el programa ¿Por qué?, emitido originalmente el 17-8-2014



Parte 1



Parte 2