sábado, 27 de diciembre de 2014

Ya no sabemos cuántos ocupados hay Columna en diario PERFIL 27-12-2014




Ya no sabemos cuántos ocupados hay

No es noticia recordar el importante volumen de empleo creado en los primeros años de salida de la crisis. Entre mayo de 2002 e igual mes de 2003, cuando asume el presidente Néstor Kirchner, el ritmo de creación de empleo ya era del 5% anual. Esa intensa dinámica continuó durante un trienio al menos. Ya en 2007 se inició un período de amesetamiento de ese ritmo. Pero eso que es un dato y ya es historia no podemos apreciarlo en la actualidad. Para explicarnos esto es necesario dar un pequeño rodeo.
La manera de saber en la Argentina el volumen del empleo proviene de dos fuentes principales, no siempre coincidentes: el Censo Nacional de Población y la Encuesta Permanente de Hogares. Claro que el censo se realiza cada decenio y en ocasiones sus resultados fueron cuestionados. Pero resulta que la calidad de la otra fuente, la EPH, depende, en parte, de la aptitud que la encuesta tiene para “captar la realidad”. Entre otras cosas, los censos permiten establecer mejor cuál es el territorio sobre el que se extiende cada aglomerado y, por lo tanto, tener una mejor descripción de las características y dinámica de la población de ese conjunto urbano.
Ahora bien, como resultado de la aplicación de los resultados censales a la redefinición de las aglomeraciones incluidas en el listado de la EPH, se produjo una situación, al menos, dudosa. Entre el cuarto trimestre de 2013 y el tercero de 2014, según se informa, se habría completado la redefinición poblacional de la treintena de aglomerados en los que se releva la Encuesta.

lunes, 22 de diciembre de 2014

El declive imparable de las estadísticas en Argentina LA POLITICA ONLINE

Por Javier Lindenboim
La tarea de reconstrucción de las estadísticas de los próximos gobiernos es de dimensiones insospechadas y pareciera que aún ni la población ni la dirigencia política han tomado debida nota al respecto.
Según las versiones conocidas en los primeros días de diciembre, hubo un sorprendente apoyo del Fondo Monetario Internacional a la gestión del INDEC. Al margen de ello, es indudable que este año en lugar de la esperada recuperación de la mejor tradición de las estadísticas públicas en el país lo que hemos tenido es la consolidación de su estrepitosa caída.
Hacer un repaso en la materia no puede menos que producir congoja. No basta con recordar el maltrato a que se sometió al personal de la institución rectora en la materia, el INDEC, encubierto durante 2006 y desembozado desde el comienzo de 2007. Es necesario agregar el ocultamiento permanente de información o su manipulación en variados campos. Por empezar en el conjunto de las estadísticas directamente vinculadas con el Indice de Precios al Consumidor, como la pobreza y la indigencia y en las estimaciones referidas a la generación de riqueza que requieren de otros indicadores complementarios incluyendo al IPC.
En estos años, desde fuentes oficiales, se fantaseó con un número de empleos creados cuyo origen nunca pudo ser verificado (se habló de cinco y hasta de seis millones de empleos

domingo, 21 de diciembre de 2014

Scioli y la meta del fifty-fifty CHEQUEADO.COM

Detrás del discurso

Scioli y la meta del fifty-fifty

La verificación de los mensajes políticos de la semana
Daniel Scioli, gobernador de la Provincia de Buenos Aires: la meta del fift-fifty ya se alcanzó
FALSO
"Es difícil encarar la distribución del ingreso, como se encaró aquí [durante este Gobierno nacional], para llegar al 50% de los trabajadores en la renta", dijo durante una entrevista el gobernador de la Provincia de Buenos Aires y precandidato presidencial para las elecciones de 2015, Daniel Scioli.
La participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno (PBI) del país depende de qué fuente se utilice, pero en todos los casos, incluso considerando los datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA oficialista, el porcentaje se encuentra lejos del 50% del que habló Scioli. Sólo el INDEC da cuenta de esa conclusión, pero sus datos no son confiables según los expertos.
Después de aquel famoso discurso de Juan Domingo Perón en 1973 en el que habló del "fifty-fifty", el porcentaje de ingresos tomado por los trabajadores mejoró, pero sólo en dos momentos de la historia argentina se llegó al 50 por ciento.
El año 1974 fue uno de ellos, cuando el índice superó el 50%, según la medición hecha por la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) citada en un documento del Centro de Población, Economía y Desarrollo (CEPED). El otro fue en 1954, previo al golpe militar que derrocó a Perón en su segunda Presidencia, y, en este caso, la fuente es el Banco Central.
Una de las maneras de medir cómo se reparte la torta del ingreso entre los actores de una economía es la distribución funcional del ingreso. Se trata de un indicador que, a grandes rasgos, muestra cuánto de los recursos que circulan se quedan los trabajadores, y cuánto los empresarios.
El INDEC publicó en septiembre último en la Cuenta de Generación de Ingresos el dato hasta 2013, año en el cual los trabajadores recibieron el 51,4% del ingreso total de la economía. La serie se inicia en 2004 (cuando la participación de los trabajadores había sido del 30,6%) porque el instituto oficial actualizó esta información con los datos del nuevo PBI.
La serie anterior, que tomaba como referencia el PBI-INDEC base 1993, llegaba hasta 2008 (ver acá y acá), pero a partir de ese momento el instituto oficial discontinuó la información. Los valores de 2009, 2010 y 2011 del INDEC se pueden ver en un documento del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y muestran una participación superior al 45% para el primer año y de casi el 50% para el último.
Para entender las diferencias entre el PBI base 2004 y el PBI base 1993 ver acá
Lo cierto es que estos datos no son confiables: se trata, en el caso de esta última serie, de información producida luego de la intervención del organismo oficial a partir de 2007 por parte del Gobierno nacional, lo que derivó en la manipulación de las estadísticas. Por otro lado, los últimos porcentajes publicados desde 2004 también son cuestionados por los especialistas.
"Como el PBI base 2004 es más grande en términos nominales respecto al PBI base 1993, la participación salarial se vuelve más baja -explicó Javier Lindenboim, director del CEPED de la Universidad de Buenos Aires (UBA)-. Lo que no se entiende es a partir de 2008 la velocidad de la mejora de la serie oficial. No hay metodología ni detalle de los números de empleo sectorial ni salario medio, como ocurre con el Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu) cuyos datos por región no se conocen, ni la canasta ni sus precios".
En la misma línea, el economista del Plan Fénix Ariel Setton destacó: "Resulta muy difícil que, desde 2011, la participación haya aumentado en un contexto en el cual el empleo y el blanqueo laboral (baja del trabajo en negro) se estancaron, y el salario real se planchó. Esto se suma a que, según el INDEC, el salario de los trabajadores en negro aumentó aún más que el de los trabajadores registrados, lo cual también resulta muy poco probable en series de tiempo extendidas".
Los números de la participación de los trabajadores son más pequeños si se recurre a fuentes alternativas:
-El mencionado CEPED calcula que, en 2011, la tasa llegó al 42,4 por ciento.
-Según un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) el número es más bajo aún. "La participación de los asalariados alcanzó el 39,0% del Producto Bruto en 2012, un nivel similar al registrado en 2008 (39,1%)", destaca el centro de estudios que dirige el economista y ex director de YPF, Eduardo Basualdo, y que pertenece al sector del dirigente Hugo Yasky, cercano a las políticas del Gobierno nacional.
-El Instituto Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que coordina el economista y diputado nacional Claudio Lozano (Unidad Popular), realiza un cálculo propio en el cual se considera en la masa salarial no sólo a los trabajadores asalariados en blanco sino también a los cuentapropistas, trabajadores en negro, los trabajadores rurales, los ingresos que surgen de considerar las jubilaciones y pensiones, y los principales planes sociales como la Asignación Universal por Hijo. Considerando todos estos ítems, según el IPyPP, "la participación de los sectores populares en el PBI de 2013 fue de 27,4%". El IPyPP llega a este cálculo al considerar un PBI alternativo al del INDEC. Si se toma el del instituto oficial base 1993 el dato de 2013 es de 42,9%.
Como se puede ver, el peso de la masa salarial en el PBI del país depende de qué fuente se utilice, pero en todos los casos se encuentra lejos del 50% del que habló Scioli.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Los datos del nuevo INDEC

Alguien puede dar crédito a esta nueva información de INDEC sobre variación nominal del salario?



De qué libro de cuentos lo tomaron?

lunes, 15 de diciembre de 2014

Participación salarial segun CIFRA ic 14, 2013

Sobre el fifty-fifty. Chequeado.com

Reparto de la riquezaLa meta del fifty-fifty: según Scioli ya se alcanzó
 ( 2 Votos )
Por Matías Di Santi (@matydisanti)   
Lunes 15 de Diciembre de 2014


FALSO
La participación laboral en el PBI depende de qué fuente se utilice, pero en todos los casos el porcentaje se encuentra lejos del 50 por ciento. Sólo el INDEC llega a esa conclusión pero sus datos no son confiables.


Es difícil encarar la distribución del ingreso, como se encaró aquí [durante este Gobierno nacional], para llegar al 50% de los trabajadores en la renta”, dijo el gobernador de la Provincia de Buenos Aires y precandidato presidencial para las elecciones de 2015, Daniel Scioli, durante una entrevista en el canal América TV.

La participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno (PBI) del país depende de qué fuente se utilice, pero en todos los casos, incluso considerando los datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA oficialista, el porcentaje se encuentra lejos del 50% del que habló Scioli. Sólo el INDEC da cuenta de esa conclusión, pero sus datos no son confiables según los expertos.



Una de las maneras de medir cómo se reparte la torta del ingreso entre los actores de una economía es la distribución funcional del ingreso. Se trata de un indicador que, a grandes rasgos, muestra cuánto de los recursos que circulan se quedan los trabajadores, y cuánto los empresarios.

El INDEC publicó en septiembre último en la Cuenta de Generación de Ingresos el dato hasta 2013, año en el cual los trabajadores recibieron el 51,4% del ingreso total de la economía. La serie se inicia en 2004 (cuando la participación de los trabajadores había sido del 30,6%) porque el instituto oficial actualizó esta información con los datos del nuevo PBI.

La serie anterior, que tomaba como referencia el PBI-INDEC base 1993, llegaba hasta 2008 (ver acá y acá), pero a partir de ese momento el instituto oficial discontinuó la información. Los valores de 2009, 2010 y 2011 del INDEC se pueden ver en undocumento del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y muestran una participación superior al 45% para el primer año y de casi el 50% para el último.

Para entender las diferencias entre el PBI base 2004 y el PBI base 1993 ver acá

Lo cierto es que estos datos no son confiables: se trata, en el caso de esta última serie, de información producida luego de la intervención del organismo oficial a partir de 2007 por parte del Gobierno nacional, lo que derivó en la manipulación de las estadísticas. Por otro lado, los últimos porcentajes publicados desde 2004 también son cuestionados por los especialistas.

“Como el PBI base 2004 es más grande en términos nominales respecto al PBI base 1993, la participación salarial se vuelve más baja -explicó Javier Lindenboim, director del Centro de Población, Economía y Desarrollo (CEPED) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), organización que también cuenta con datos propios al respecto-. Lo que no se entiende es a partir de 2008 la velocidad de la mejora de la serie oficial. No hay metodología ni detalle de los números de empleo sectorial ni salario medio, como ocurre con el Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu) cuyos datos por región no se conocen, ni la canasta ni sus precios”.

En la misma línea, el economista del Plan Fénix Ariel Setton destacó: “Resulta muy difícil que, desde 2011, la participación haya aumentado en un contexto en el cual el empleo y el blanqueo laboral (baja del trabajo en negro) se estancaron, y el salario real se planchó. Esto se suma a que, según el INDEC, el salario de los trabajadores en negro aumentó aún más que el de los trabajadores registrados, lo cual también resulta muy poco probable en series de tiempo extendidas”.

Los números de la participación de los trabajadores son más pequeños si se recurre a fuentes alternativas:

-El mencionado CEPED calcula que, en 2011, la tasa llegó al 42,4 por ciento.

-Según un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) el número es más bajo aún. “La participación de los asalariados alcanzó el 39,0% del Producto Bruto en 2012, un nivel similar al registrado en 2008 (39,1%)”, destaca el centro de estudios que dirige el economista y ex director de YPF, Eduardo Basualdo, y que pertenece al sector del dirigente Hugo Yasky, cercano a las políticas del Gobierno nacional.

-El Instituto Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que coordina el economista y diputado nacional Claudio Lozano (Unidad Popular), realiza un cálculo propio en el cual se considera en la masa salarial no sólo a los trabajadores asalariados en blanco sino también a los cuentapropistas, trabajadores en negro, los trabajadores rurales, los ingresos que surgen de considerar las jubilaciones y pensiones, y los principales planes sociales como la Asignación Universal por Hijo. Considerando todos estos ítems, según el IPyPP, “la participación de los sectores populares en el PBI de 2013 fue de 27,4%”. El IPyPP llega a este cálculo al considerar un PBI alternativo al del INDEC. Si se toma el del instituto oficial base 1993 el dato de 2013 es de 42,9%.

Participación de los trabajadores en el PBI. Período 1993-2013.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

verificación de Chequeado.com sobre caida del empleo

TrabajoLozano: “La Argentina registra, desde junio de 2013, 485.000 empleos menos”
 ( 1 Votar )
Por Olivia Sohr (@olisohr)   
Miércoles 26 de Noviembre de 2014


VERDADERO
La evolución del mercado de trabajo muestra una baja en los niveles de empleo desde mediados de 2013, que implicó la destrucción de puestos de trabajo.


El diputado de Unidad Popular Claudio Lozano escribió una columna en La Nación en la que aseguró que “se cumplen quince meses consecutivos de destrucción de puestos de trabajo. La Argentina registra, desde junio de 2013, 485.000 empleos menos”.

Los datos del INDEC muestran efectivamente un descenso en la cantidad de personas que tiene un trabajo desde mediados de 2013. El indicador clave para saber cuántas personas están trabajando es el nivel de empleo, que pasó de representar el 42,9% de la población en el tercer trimestre de 2013 al 41,3%, según los últimos datos publicados por el INDEC.

2010 4 42,4
2011 1 42,4
2011 2 43,2
2011 3 43,4
2011 4 43
2012 1 42,3
2012 2 42,8
2012 3 43,3
2012 4 43,2
2013 1 42,2
2013 2 43,1
2013 3 42,9
2013 4 42,7
2014 1 41,8
2014 2 41,4
2014 3 41,3

Estos porcentajes corresponden a una muestra que el INDEC releva en 31 aglomerados

El empleo de la construcción según el Jefe de Gabinete y según la EPH

Segun dichos del Jefe de Gabinete reproducidos en Twitter, en la construcción había en 2002 70.000 empleos protegidos y "Se han creado cerca de 800 mil puestos de trabajo, 450 mil puestos de trabajo formales en UOCRA."

Los datos de la encuesta de hogares de la treintena de aglomerados en los que se releva dicen lo siguiente:
protegidos precarios no asalariados TOTAL
3er trim 2003 66.000 236.000 300.000 602.000
2do trim 2014 161.000 362.000 434.000 957.000

Si se expande al total del país se habría pasado de unos 900 mil a 1,400 mil

No hay forma de que cierren los dichos oficiales.

martes, 25 de noviembre de 2014

Reportaje de Norberto Lema, "Partida doble", Radio de la UBA, FM 87,9

A raíz de la reciente aparición del Informe de Prensa sobre el Tercer Trimestre de 2014 proporcionado por el INDEC, me llamaron desde el programa de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires para reflexionar sobre sus resultados


viernes, 21 de noviembre de 2014

No es el desempleo, es el empleo. Mario Damill Una reflexiòn sobre la situaciòn laboral en ARgentina

No es el desempleo, es el empleo.
Mario Damill[i]
El INDEC publicó hace pocos días los principales resultados de la Encuesta Permanente de Hogares correspondientes al tercer trimestre de 2014, para el total de 31 aglomerados urbanos.
El dato que recibió más atención de los medios fue el aumento de la tasa de desocupación. La reacción oficial apuntó a restar importancia a ese incremento, señalando que el último año esa tasa aumentó sólo unas décimas, lo cuál es cierto (vale aclarar que a lo largo de la nota examinamos los datos publicados haciendo a un lado provisoriamente las consabidas dudas sobre las estadísticas oficiales).
¿Entonces el comportamiento del empleo nos deja tranquilos? Para nada, lamentablemente.
Como sucede con demasiada frecuencia, en la discusión pública los argumentos se han concentrado casi con exclusividad en un aspecto relativamente poco relevante de la nueva información (en este caso, en esas pocas décimas de incremento de la desocupación, un 0,7% de la población económicamente activa), dejando de lado otros datos que son mucho más interesantes para comprender qué está pasando actualmente con la economía.
Nos referiremos especialmente a dos cambios muy significativos que se observan en este mismo período. El dato de mayor peso es la caída de los puestos de trabajo de tiempo completo (35 horas semanales o más). También llama la atención la paralela baja de la “tasa de actividad”, es decir, de la proporción de personas económicamente activas en relación con la población total. Las dos series mencionadas pueden verse en el gráfico de esta nota, que se basa en la información del INDEC.

jueves, 30 de octubre de 2014

La responsabilidad estatal sobre las estadìsticas en Argentina

Apareciò el nùmero 8 de la REVISTA LATINOAMERICANA DE METODOLOGIA DE LA INVESTIGACIÒN SOCIAL

Portada

En esta edición aparece un artículo titulado Estadísticas y estadistas: una relación difícil
Ir al artìculo

viernes, 24 de octubre de 2014

Nuevo libro del equipo dirigido por Claudia Danani y Susana Hintze


Protecciones y desprotecciones (II)

Claudia Danani y Susana Hintze (Coordinadoras)
PPS16 – UNGS
ISBN: 978-987-630-193-0
378 páginas
Colección Política, políticas y sociedad
El libro indaga sobre dos cuestiones esenciales para comprender la actualidad de la Argentina en materia de políticas sociales.
Se pregunta, primero, si la segunda década del siglo XXI ofrece algo específico en materia de protección social (y si es así, qué); y, en segundo lugar, rastrea en el proceso de “hacer” protección (y desprotección) social, buscando circunstancias, espacios socio-institucionales y términos de discusión y construcción de políticas, con especial atención en las que fueron dirigidas a los sectores sociales menos alcanzados por los sistemas socialmente organizados.





viernes, 19 de septiembre de 2014

Estadísticas públicas: la mala senda Columna publicada en LA POLITICA ON LINE

Columna en LA POLITICA ON LINE, publicada el pasado 19-9-2014

19.09.2014
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Estadísticas públicas: la mala senda
Por Javier Lindenboim
Estamos en las proximidades de la destrucción del conjunto del sistema estadístico nacional y muy cerca de carecer de información de la más variada.
Cuando hace ya más de siete años –cuando las vacas aún parecían engordar- el gobierno decidió modificar el precio de la lechuga y no contar el impacto de la medicina privada sobre el índice de precios al consumidor, pocos pensaban que se iniciaba un camino a través del cual el país llegaría a moverse en un tembladeral de información estadística.
Quedaba atrás la obligación del Estado por proporcionarse la información necesaria para su propia gestión y proporcionar la información veraz y oportuna para el conjunto de la población y los actores económicos, sociales y políticos. Pero, además, se vulneraba uno de los derechos fundamentales: el derecho a la información.
Es penoso observar que el sendero regado de tan mala manera no produjo flores sino malezas. No ha sido sólo la destrucción del índice de precios al consumidor. Estamos en las proximidades de la destrucción del conjunto del sistema estadístico nacional y muy cerca de carecer de información de la más variada.
Un ejemplo de “errores”: la construcción de viviendas