Domingo 18 de mayo de 2008 | Publicado en edición impresa
Los grupos sociales más vulnerables
Informales, pasivos y cuentapropistas
Según el economista Javier Lindenboim, del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), si bien la sociedad está "huérfana" de un índice de precios apropiado para establecer una comparación, es posible estimar que, en promedio, los salarios quedaron a la par de los precios en 2007, con la posibilidad de que algunos hayan ganado posiciones. Sin embargo, según agregó, la gran pregunta es qué pasó con los sueldos de los trabajadores no registrados.
No existen datos ciertos disponibles, que provengan de la encuesta de hogares del Indec, respecto de qué está ocurriendo con los ingresos de los trabajadores en negro. Una proyección realizada por el propio organismo de estadísticas para elaborar el índice de variación salarial marca una suba promedio del 27,2% interanual a marzo último, una evolución mayor que el aumento estimado para el mercado formal. Es algo que podría tener lógica, según los analistas, dada la caída del nivel de desocupación (eso influye positivamente en los salarios, más allá de que sean formales o no) y el retraso acumulado en los ingresos de esos trabajadores en particular, para quienes la recomposición comenzó en forma tardía en los últimos años.
En una mejora de la situación del sector informal puede haber influido, por otra parte, la actualización periódica que hace el Ministerio de Trabajo de los salarios mínimos para el personal doméstico: pese a la alta tasa de informalidad, se trata de un sector en el que las subas suelen replicarse en forma generalizada.
Tampoco es posible saber, por las estadísticas, cómo está impactando la inflación en la vida de los cuentapropistas y autónomos, que muchas veces ven limitadas sus posibilidades de elevar los montos que cobran por la prestación de sus servicios.
LOS HABERES PASIVOS
En cambio, sí es por demás conocida la situación de gran parte de los jubilados. Los que cobran haberes superiores al mínimo y también los que en los últimos años (por la forma en que se dieron los ajustes), quedaron en el escalón más bajo de ingresos, llevan acumulada una pérdida significativa del poder adquisitivo. Sólo considerando los índices oficiales de inflación, la caída llega al 30% para quienes en 2001 tenían ingresos de más de 1000 pesos.
Para ese grupo, los ajustes llegaron en forma tardía y acumulan un insuficiente 51,7%; para quienes cobraban por debajo de los $ 1000 pero tenían una jubilación o pensión superior al haber mínimo en agosto de 2004 (cuando este segmento recibió la primera recomposición), la caída del poder de compra fue del 22 por ciento.
Sólo para este año y de no existir nuevos ajustes, podría estimarse que los haberes perderían frente a la inflación, estimada en alrededor del 25% por varias consultoras privadas. Hasta ahora, el Gobierno anunció un primer aumento, del 7,5% desde marzo, y otro de igual magnitud para julio.
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