19.09.2014
Estadísticas públicas: la mala senda
Cuando hace ya más de siete años –cuando las vacas aún parecían engordar- el gobierno decidió modificar el precio de la lechuga y no contar el impacto de la medicina privada sobre el índice de precios al consumidor, pocos pensaban que se iniciaba un camino a través del cual el país llegaría a moverse en un tembladeral de información estadística.
Quedaba atrás la obligación del Estado por proporcionarse la información necesaria para su propia gestión y proporcionar la información veraz y oportuna para el conjunto de la población y los actores económicos, sociales y políticos. Pero, además, se vulneraba uno de los derechos fundamentales: el derecho a la información.
Es penoso observar que el sendero regado de tan mala manera no produjo flores sino malezas. No ha sido sólo la destrucción del índice de precios al consumidor. Estamos en las proximidades de la destrucción del conjunto del sistema estadístico nacional y muy cerca de carecer de información de la más variada.
Un ejemplo de “errores”: la construcción de viviendas