Columna en EL ECONOMISTA
Se sigue creando empleo registrado en general, pero los dependientes privados todavía son menos que hace dos años
Por Javier Lindenboim Director del CEPED e investigador del CONICET
No hay noticias perfectas. Se sigue creando empleo registrado en general. Pero los dependientes privados todavía son menos que hace dos años.
El sector asalariado privado creció pero no alcanzó a cubrir la pérdida del año anterior. De todas maneras, su cuantía es superior a la de los años precedentes excepto sólo el año concluido en junio de 2015.
Si se mira en conjunto, el total de empleo registrado en los últimos doce meses no tuvo un mal desempeño pues se agregaron 185.000 empleos, más de la mitad de ellos en relación de dependencia. Sobre el punto de partida (junio de 2016) representa 1,5%, es decir, algo más que el aumento de la población y triplica la variación registrada en los doce meses precedentes.
Se ha dicho que el aumento del empleo verificado es de baja calidad por estar integrado por monotributistas comunes y sociales. Estos últimos, sin embargo, aumentaron menos que en 20142015 y fueron sólo un tercio de lo que crecieron entre 2013 y 2014. De manera que el año reciente no ha sido original tampoco en este aspecto. Inclusive los monotributistas “a secas”, cuyo aporte cuantitativo fue mayor que el de los monotributistas sociales, se incrementaron menos ahora que en los primeros años de los que se tiene información provista por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
El cambio, sin duda más notable, se observa en el aporte del empleo público. Entre junio de 2012 e igual mes de 2015 ese componente aportó en promedio unos 130.000 empleos por año, bajando a 90.000 en el año terminado en junio de 2016 y a la mitad de ese último número en el último intervalo anual. El dato es fuerte y la pregunta que puede hacerse es si los requerimientos de las prestaciones estatales –sea a nivel nacional como provincial y municipal– están garantizados aún sin que se mantenga el altísimo ritmo de creación de empleo de los años previos. Durante el año y medio de Gobierno macrista se crearon 200.000 empleos, aunque esa cifra incluye una pérdida de 4.000 privados y 6.000 autónomos. Las demás categorías se acrecentaron en 210.000. En términos porcentuales, al iniciarse el cómputo integral del empleo registrado (enero de 2012) los asalariados privados componían el 56% del total.
Durante el segundo mandato de Cristina Kirchner ese componente aportó apenas el 12% del total adicionado de empleo. A la inversa, el empleo público representaba el 23% al inicio pero aportó casi la mitad del empleo creado en ese cuatrienio. Por último, todos los monotributistas eran el 14% del empleo registrado al inicio, aportaron el 35% en el período enero 2012-diciembre 2015 y el 65% durante el macrismo.
Como se ve, la más que delicada situación laboral presente es una continuidad, agravada, del derrotero precedente. Si los datos recientes sobre una fuerte recuperación en la dinámica de la inversión se confirman es posible imaginar una modificación positiva del frágil equilibrio actual. Hacen falta más que señales, por cierto.
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