Se reproduce el diálogo mantenido en la oportunidad
Si desea ver el texto de la entrevista....
Þ
Fecha: 23/07/2012
Þ
Emisora: “Un
día en la UBA ”
Þ Conductor: Rodrigo
Andrade
Þ
Minutos:
15 minutos
Periodista:
En la jornada de ayer uno de los artículos que más me impactó tenía que ver con
las estadísticas oficiales y quien lo escribió particularmente es un hombre precisamente
de nuestra Universidad pública integrante del Centro de Estudios sobre
Población, Empleo y Desarrollo del Instituto de Investigaciones Económicas que
funciona aquí en la Universidad de Buenos Aires, Javier Lindenboim además es
investigador del Conicet y tiene la amabilidad de atendernos en la mañana de
hoy, buen día Rodrigo Andrade lo saluda
Javier Lindenboim:
Buen día como está Ud.
Periodista:
Bien, simplemente leí el artículo que publicó el fin de semana en la edición
impresa de Perfil que desde ya recomendamos, me dejó sumamente preocupado ¿podemos
contárselo a los oyentes?
Javier Lindenboim:
Sí como no, el artículo tiene un propósito básico que es sacudirnos un poco, el
texto dice “sacudirnos la modorra”, después de cinco años y medio estamos no
igual sino peor en materia de estadísticas en Argentina a partir del momento en
que el gobierno nacioanal decide interferir en los resultados de las
estadísticas que hasta ese momento se relevaban, entonces solo se refería a el
índice de precios al consumidor pero como las estadísticas en un país
configuran un sistema, no podía dejar de ocurrir que paulatinamente se fuesen
afectando las estimaciones o peor aún los resultados de estimaciones de las
compilaciones oficiales, entonces ahora no sabemos si el crecimiento es el que
se anuncia, sabemos que la pobreza no es la que se anuncia, porque la pobreza
se calcula sobre la base del efecto que
impacta en los ingresos de las familias a partir de la estimación del costo de
los gastos en que esta incurre etc. ese es el punto central, luego se hacen una
serie de consideraciones que con gusto podemos entrar en ellas.
Periodista: Si
en primera instancia me interesa por demás este tema en torno a la pobreza
porque los números por lo menos en los últimos años siempre han estado
enmarcados por una enorme idea por parte del gobierno nacional acerca de que ha
bajado enormemente
Javier Lindenboim:
Claro, seguramente que hay que distinguir dos cosas, a ver, en los primeros
años de gestión del gobierno actual no hay duda que mejoró el empleo, se
recuperó una parte del salario real y acompañando a ambas cosas la pobreza
disminuyó de niveles impactantes que había tenido en el momento de la crisis
del 2001-2002, esa es una cosa, pero a partir del comienzo del 2007…
Periodista: Me
permite que lo interrumpa Lindenboim?
Javier Lindenboim:
Sí
Periodista: ¿Cuánto
hay de efecto rebote en esa baja del desempleo, de la pobreza de esa primera
etapa de recuperación política del 2003 en adelante
Javier Lindenboim:
Es difícil medirlo con exactitud pero sin duda, si tomamos 2003 ya llevábamos
cuatro años largos de caída en el producto y de crecientes dificultades en el
mercado de trabajo, de manera que cuando a mediados del 2002 se inicia la
salida de la parte peor de la crisis -la historia política reciente entre los
mitos que contiene está que la mejoría empieza a mediados del 2003, cosa que
sabemos que no es así pero desafortunadamente la flojera de memoria de nuestra
sociedad hace que mucha gente crea que eso ocurrió de ese modo- en realidad en
el invierno del 2002 empieza el rebote y sin dudas, el rebote es
extraordinariamente fuerte a partir del 2003 que es el año en que empieza a
cambiar la tendencia, no sólo en la economía argentina sino en la economía
latinoamericana en su conjunto, y todo ello fuertemente influido por cambios en
las condiciones del comercio internacional.
Los oyentes de su programa seguramente deben haber oído mencionar, o
leído, escuchado referencias a un argentino que fue famoso que fue Raúl Prebisch,
Prebisch como alma mater de la entonces naciente Comisión Económica para
América Latina a la salida de la Segunda Guerra Mundial, se pasó medio siglo
criticando las condiciones del comercio mundial en perjucio de los países como
Argentina o en general América Latina que proveían materia prima cuyos precios
declinaban permanentemente frente a los precios de los productos que elaboraban
los países centrales, eso que fue característica de más de medio siglo en la
segunda mitad del siglo XX cambió de cuajo con el cambio de siglo al inciar el
Siglo XXI, particularmente entre 2002-2003, eso junto con el rebote de la profundidad
de la caída del producto generó una situación nueva, obviamente el rebote se favoreció por una
enorme devaluación que impidió que siguieran entrando productos del extranjero
y favoreció la colocación en el exterior, pero todo esto es un rápido raconto
de las condiciones de salida de la crisis. El tema es que esto como suele pasar
en todo rebote llega un momento en que
necesita fuerzas autónomas y no sólo las del rebote para mantenerse y
eso es lo que empezó a flaquear allá por 2006-2007 y es el momento en que el
gobierno dice bueno, para evitar que los en ese momento incipientes factores
inflacionarios tengan efectos vamos a hacer una pequeña trampita que se lo
consideraba un viveza criolla, vamos a afectar el termómetro, no se va a notar
que tenemos fiebre y todos contentos.
Periodista: Es
excelente la nota que escribió, el que habla es Javier Lindenboim director del
CEPED, Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo, que funciona en
nuestra facultad de Ciencias Económicas, presisamente aquí en la Universidad de
Buenos Aires y además Javier Lindenboim
es investigador del Conicet, excelente la nota que busca reflejar esto que
comenzó a partir del 2007 señala Ud. en esta nota de Perfil.
Javier Lindenboim:
Claro, porque es en enero de ese año cuando el gobierno desplaza a los
funcionarios que manejaban las estadísticas en materia de precios primero, luego
en la encuesta de hogares también, luego en el índice de precios nacional que
existía en ese momento e instala en su lugar una cantidad de personas apañados
por uno de los sindicatos del sector estatal que es el que también yo menciono
en la nota, yo hablo de dos dirigentes sindicales, uno de ellos que ahora dice
que no le cree al INDEC que es el dirigente de la Unión Personal Civil de la
Nación que es el sindicato del cual le
estoy hablando y que favoreció esta intervención de hecho -nunca fue
intervención formal, nunca hubo un decreto de intervención del INDEC, por eso
el Jefe de Gabinete de Ministros hace poco tiempo con una soberbia digna de
mejor causa se dirigía a los parlamentarios diciéndoles “pero dejénse de hablar
pavadas, el Indec no está intervenido”, claro él se refería a que no hubo un
dectreto formal de intervención- pero está intervenido, han cesanteado o no
renovado los contratos a una cantidad muy grande de personal preexistente y han
incorporado a decenas o centenares de nuevos miembros sin la capacitación
necesaria con la virtud única exhibida de ser incondicionales de las
autoridades de la intervención.
Periodista: Lo
saco del plano del análisis político, entiendo concretamente su visión de quién
es Andrés Rodriguez en esta historia y particularmente UPCN está demostrando lo
que es en este cuarto de hora precisamente en esta apuesta política de la Casa de Gobierno a
propósito de una CGT más amable si se quiere con el futuro de Cristina
Fernandez, pero lo llevo a un tema que Ud plantea en esta nota y me interesa
hoy abordar que es el tema de las estadísticas habitacionales, un tema central
porque viene en discusión a partir de estos fondos del ANSES que van a ser
redireccionados a un programa de viviendas que por lo pronto ha sido anunciado
con bombos y platillos.
Javier Lindenboim:
Si ahí lo que yo menciono brevemente es algo que al lector interesado le puedo
recordar brevemente, hace poco más de un año…
Periodista: ¿ya
cuatro años no?
Javier Lindenboim: ¿Cómo?
Lo de INDEC sí, pero…
Periodista: No
me refiero al anuncio de aquellos créditos
Javier Lindenboim:
A si sí ,pero entonces son dos cosas que tenemos necesidad de aludir,
efectivamente cuando a fines del 2008 las primeras manifestaciones de la crisis
financiera internacional llegaron a estas tierras, el gobierno entre otras
medidas anticíclicas positivamente pensadas estuvo la de transformar a los
inquilinos en propietarios, una cosa demasiado importante para haber sido
tomada tan a la chacota, simplemente como que todo inquilino iba a poder por el
mismo monto del alquiler comprarse un departamento cosa que efectivamente no
ocurrió practicamente en ningún caso, pero hace aproximadamente un año atrás,
más o menos al mismo tiempo que se destapaba la olla del así llamado caso
Schoklender o de las Madres de Plaza de Mayo, hubo un discurso presidencial en
el que se aludía a las presumiblemente 800 mil viviendas construidas en los
ocho años hasta entonces del gobierno nacional. En ese momento varias personas entre ellos
yo mismo entramos a los datos del ministerio en el área correspondiente y
detectamos que en realidad el número 800 mil se componía de varias cosas:
construcción de viviendas por un lado, reparación de viviendas por otro, más o
menos en partes iguales y que de 400 mil viviendas, 300 estaban construidas y
100 estaban en construcción; por lo tanto 800 mil viviendas en 8 años se
reducían a 300 mil, por lo tanto no eran 100 por año sino 40 mil, en ese
contexto salieron algunas cosas periodísticas, en mi blog yo incluí,
transcribí, copié el dato que saqué de internet y a los quince días entré de
vuelta y ya ese cuadro en el Ministerio de Economía no existía más y había sido
reemplazado por otro que no discriminaba entre viviendas construidas y reparaciones
de viviendas, que es lo que se llama en la jerga “soluciones habitacionales” y
a todo: a la construcción y a los arreglos se los siguió llamando
indiscriminadamente “soluciones habitacionales”, que era la forma en lugar de
aclarar que se habían equivocado en el número de cambiar la cifras, ese es el
estilo con que en estos últimos años se ha manejado el tema de las estadísticas
y es el estilo que las universidades denunciaron en el informe elaborado a raíz
de la invitación del gobierno nacional de evaluar la tarea del INDEC, cosa que
también fue la convocatoria en el 2009, el informe se entregó en 2010 y el
gobierno nacional oficialmente nunca lo quiso recibir, el entonces ministro Boudou,
hizo piruetas bailes, minúes y todo lo que los oyentes quieran imaginarse para
no recibirlo y finalmente un empleado de baja categoría recibió el informe y
ahí quedó guardado en un cajón, no cumpliendo lo que el gobierno nacional en su
decreto de convocatoria fijaba que era recibir el informe, evaluarlo y
transferirlo al congreso, nunca lo evalúo porque es crítico y menos lo mandó al
congreso y esto es lo último que yo digo en el artículo y por el cual digo que
necesitamos sacudirnos la modorra, incluida la propia Universidad que debiera
ya transcurridos dos años, decir bueno señores si ustedes no lo divulgan lo
divulgamos nosotros.
Periodista: Lindenboim,
le agradezco muchísimo este contacto con la radio de la Universidad de Buenos
Aires precisamente creo que es un buen mecanismo el medio para darlo a conocer
entre quienes nos escuchan.
Javier Lindenboim:
Agradezco la oportunidad, mucho gusto.
Periodista: El
director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo, hombre de
la Universidad de Buenos Aires, hombre de la Facultad de Ciencias Económicas,
Javier Lindenboim pasaba por la mañana de la radio de la Universidad de Buenos
Aries, duros números oficiales y duros los datos de este Centro que pone en
dudas esos números oficiales algunos que parecen tener un a visión mucho más
almibarada de la realidad que la que realmente estamos transitando.
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