lunes, 27 de enero de 2014

El país patas para arriba

Es difícil salir de la sorpresa. En octubre de 2011 nos dijeron que había que "cuidar los dólares" y pusieron el cepo que no es cepo. Ahora nos ponen los precios cuidados que -a poco andar- los mismos firmantes (pese al colchón acumulado entre noviembre y diciembre) avisan que va a ser difícil mantener el acuerdo.
Entonces el gobierno anuncia que va a abrir el cepo "para los más necesitados, los asalariados de menores ingresos". Hoy sale la reglamentación y sólo pueden acceder al ahorro condicionado los que tengan ingresos (no lo dijeron, pero son ingresos netos) de 7200 mensuales EN PROMEDIO EN EL AÑO ÚLTIMO. Nos dijeron que no iban a devaluar mientras devaluaban, poco, pero devaluaban, todos los años. Para compensar, quizás, en los meses recientes tomaron impulso y devaluaron el equivalente de 60% en un año, tres cuartas partes de eso en los últimos 30-40 días. Nos decían que había que preservar los dólares pero nunca se perdieron tantos como en estos dos últimos años.
A estas alturas, parece que los que recordaban el rodrigazo no estaban tan desacertados (más allá que alguno de ellos pudieran estar por algún motivo esperando que ello ocurra).
Todas las recomendaciones que propios (muy poquitos desde adentro) y extraños han venido haciendo han sido sistemáticamente repudiadas de muy mala manera por el gobierno y luego poniéndolas en práctica pero desarticuladamente y tarde.
Habrá algún momento en que la población argentina pueda interpretar a cabalidad la perversidad de este tipo de comportamiento? Habrá algún momento que esta falsa progresía sea vista como lo que es, un conjunto de aprovechadores inexpertos de la bonanza de la que quizás no nos queda demasiado para adelante? Habrá algún momento en el que reencontremos el camino de la construcción de una sociedad un poquito más "sensata", no digo mucho, apenas un poquito. Lo suficiente para dar una patada en el trasero a estos aprendices de brujo que juegan con nuestro presente y con nuestro futuro? Habrá algún momento en el que nos demos cuenta que el uso y abuso de buenas intenciones y deseos de porciones de la sociedad no es necesariamente el termómetro de una buena gestión de gobierno? Habrá algún momento en el que podamos valorar que si hasta ayer se negaba la existencia o la envergadura del fenómeno de los "ni-ni" no es creíble el pomposo programa lanzado ahora? Habrá algún momento así? Eso espero

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