"Es necesaria una amplia mejora de la productividad"
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Javier Lindenboim
DOMINGO 22 DE MAYO DE 2016
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El inicio de la ronda del Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil (conocido como Consejo del Salario) llama a la reflexión sobre lo que integra su ámbito de acción.
-¿Sirve fijar un "piso" salarial?
-Desde hace medio siglo el Salario Mínimo, Vital y Móvil contribuye a la protección de los núcleos laborales con menor capacidad de negociación frente al sector empleador. No sólo se trata de razones éticas las que justifican la norma. También existen razones de "mercado" para que las empresas encuentren demanda para los bienes y servicios que proveen. Quedan fuera de su alcance los millones de trabajadores cuya relación laboral no se enmarca en la normativa general dando lugar al trabajo precario. Para ese sector hace falta trascender el mundo laboral y profundizar en la sociedad la conciencia fiscal junto con un mejoramiento de la gestión estatal dirigida a minimizar la evasión fiscal. Sin actividad económica en negro no hay lugar para el empleo no registrado.
-¿Cómo debe abordarse la cuestión del empleo?
-Hoy hay dos elementos que preocupan: la crítica situación de la economía y la carencia de información fehaciente sobre el mercado de trabajo. La endeblez de los datos que circulan ilustra sobre la imperiosa necesidad de reconstruir las estadísticas públicas de manera urgente, garantizando calidad y oportunidad. Respecto del impulso de la fase ascendente del ciclo económico -condición imprescindible pero no suficiente para recrear el dinamismo ocupacional- está fuera de los alcances estrictos del consejo, pero en él pueden establecerse pautas que regulen las relaciones entre los actores económico sociales más relevantes.
-¿Cuáles deberían ser los términos para encarar la discusión sobre la productividad?
-Es llamativo que en la década larga de funcionamiento continuo del consejo esta cuestión no haya tenido lugar destacado. La economía argentina tiene una productividad media débil en el concierto internacional, lo que implica que hay razones de peso para mejorarla de manera importante y permanente. Pero esto implica acciones que dependen del sector empresario (con más vocación de encontrar ventajas en el Estado que en desarrollar el espíritu schumpeteriano) transformando la rentabilidad en inversión productiva, y del Estado, que debe fortalecer las condiciones del funcionamiento económico (en particular en lo que hace a infraestructura). Todo ello sería incompleto si en el marco de los debates del consejo no se fijan razonables mecanismos que garanticen que las mejoras logradas en productividad propicien no sólo retornos al capital, sino también progresos en la capacidad de compra del salario.
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