lunes, 22 de septiembre de 2008

Reportaje de Silvia Stang para LA NACION 22-9-2008

En los últimos seis años

Fuerte baja en el número de beneficiarios del plan Jefes

Llega a 570.000, un cuarto de los que tenía en 2002; la mayoría consiguió empleo
Por   | LA NACION

El plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, creado durante la emergencia económica y social de 2002, conserva ahora el 25% de beneficiarios que llegó a tener. ¿Qué pasó con quienes ya no están incluidos en la prestación? Según datos aportados por el secretario de Empleo, Enrique Deibe, desde mayo de 2003 752.000 personas (más de un tercio) consiguieron empleo; 347.000 fueron traspasadas al programa Familias del Ministerio de Desarrollo Social; 92.500 se mudaron al Seguro de Capacitación y Empleo de la cartera laboral, y 438.500 perdieron el derecho a la prestación por motivos diferentes, como la caída de algún requisito. Así, son alrededor de 570.000 los desocupados que siguen cobrando aquel plan. Más allá de estar de acuerdo con la estrategia, puesta en marcha un par de años atrás, de transferir beneficiarios a un programa asistencial o de capacitación, dependiendo de la condición de empleabilidad de la persona y de su voluntad de aceptar o no el pase, los analistas de temas sociales se concentran en dos críticas a la política actual: l Aunque con excepciones, en líneas generales, los planes se mantienen cerrados al ingreso de nuevos beneficiarios, cuando siempre hay quienes caen en el desempleo o la pobreza, aun en tiempos de crecimiento y de mejora de los indicadores sociales. De todas formas, se estima que ahora no se está aliviando la pobreza, sino todo lo contrario, a causa de la inflación. l Falta de actualización de los montos. "Los $ 150 [otorgados por el Jefes de Hogar] de 2002 valen hoy en términos reales menos de $ 75", estimó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina. Según consideró, mantener programas con montos tan bajos (como el Familias, que citó, que prevé asignaciones de 155 a $ 305, según la cantidad de hijos) constituye un "mecanismo de cristalización de exclusión". Por eso, consideró que, entre otras medidas, debería crearse un sistema universal de asignaciones familiares. Leonardo Gasparini y Guillermo Cruces, del Centro de Estudios Distributivos de la Universidad Nacional de La Plata, coincidieron en proponer la extensión de los pagos por familia y estimaron que el pago de los planes debería ajustarse según el valor real de los alimentos básicos. "Debe haber un piso ligado a umbrales elementales de satisfacción de necesidades", opinó Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (Cedes), de la Universidad de Buenos Aires.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Sobre la distribución del ingreso y la política económica actual

Reportaje audiovisual para la revista Caras y Caretas, setiembre de 2008
(se desconoce el formato que tuvo la utilización por la revista)

Para ver el reportaje haga click aquí

lunes, 1 de septiembre de 2008

Reportaje de Luján Scarpinelli para LA NACION 1-9-2008

Mercado laboral

Ser profesional ya no garantiza un mejor nivel salarial en el país

El sueldo promedio de un camionero supera al de un ingeniero o un médico
Por   | LA NACION

la Argentina, no nada el pájaro ni vuela el pez, pero algunas de sus múltiples rarezas la hacen parecerse al reino del revés: por ejemplo, el hecho de que algunos profesionales ganan menos dinero que trabajadores con escaso o ningún nivel de educación.

domingo, 27 de julio de 2008

Página 12 CASH 27-7-2008 columna Difícil, pero imprescindible




DOMINGO, 27 DE JULIO DE 2008
ENFOQUE

Difícil, pero imprescindible

 Por Javier Lindenboim *
Después de la decisión del Senado parece abrirse una nueva etapa, en la que destaca una tarea fundamental: definir cómo salir de manera progresista del proceso de estos últimos meses. Esto es posible si se retoma la reflexión sobre temas inmediatos y mediatos que requieren atención, con menos calificativos y más sustantivos.
Entre los temas inmediatos se destaca la manera de proteger el mercado interno, en especial los componentes relativos a las demandas propias de los asalariados. Como es obvio y más allá de lo que se escuchó recientemente, para evitar que los aumentos de los precios internacionales repercutan desfavorablemente sobre los precios internos el mecanismo puede pasar menos por la manera de operar sobre las exportaciones de granos. Más bien, es posible y necesario identificar a los sectores formadores de precios, tarea aún no encarada efectivamente.

Precios, salarios y buenas estadísticas

Hay quienes sostienen que en dicha tarea se cometieron errores, calificativo quizás demasiado suave para aludir, por ejemplo, a la manipulación de las estadísticas públicas. Y aunque así los llamáramos, los errores se reparan

miércoles, 18 de junio de 2008

PAGINA 12 18-6-2008

ECONOMIA › EL INDEC INFORMO QUE DESCENDIO EL EMPLEO INFORMAL

Casi cinco punto menos, en negro

Mientras la creación de empleo muestra signos de desacelerarse, el trabajo informal arrojó una caída de cinco puntos porcentuales entre el primer trimestre de este año e igual lapso del anterior, según el relevamiento del Indec difundido ayer. Esa baja sería de igual magnitud al acumulado de los últimos cinco años y la comparación se hace contra la última serie en la que se dio a conocer la base de encuestados. Ese informe se dejó de publicar en el segundo trimestre de 2007.
El empleo informal bajó casi cinco puntos porcentuales en doce meses, al llegar a 37,3 por ciento de los asalariados frente al 41,9 previo, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares. Durante ese lapso, la desocupación retrocedió un punto y medio a 8,4 por ciento. “El número no se condice con otros indicadores. Si los datos anteriores hablan de una lentificación del crecimiento del empleo, ¿cómo puede estar llevándose a cabo un blanqueo tan fuerte?”, indicó a Página/12 Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios Poblacionales de la Universidad de Buenos Aires e investigador principal del Conicet.
El especialista se mostró escéptico ante los resultados difundidos por el organismo. “Es el primer año en que la baja es tan grande. No quiero pecar de desconfiado, pero llama poderosamente la atención”, manifestó en su primera reacción al

domingo, 18 de mayo de 2008

Reportaje para LA NACION 18-5-2008

Los grupos sociales más vulnerables

Informales, pasivos y cuentapropistas

Según el economista Javier Lindenboim, del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), si bien la sociedad está "huérfana" de un índice de precios apropiado para establecer una comparación, es posible estimar que, en promedio, los salarios quedaron a la par de los precios en 2007, con la posibilidad de que algunos hayan ganado posiciones. Sin embargo, según agregó, la gran pregunta es qué pasó con los sueldos de los trabajadores no registrados.
No existen datos ciertos disponibles, que provengan de la encuesta de hogares del Indec, respecto de qué está ocurriendo con los ingresos de los trabajadores en negro. Una proyección realizada por el propio organismo de estadísticas para elaborar el índice de variación salarial marca una suba promedio del 27,2% interanual a marzo último, una evolución mayor que el aumento estimado para el mercado formal. Es algo que podría tener lógica, según los analistas, dada la caída del nivel de desocupación (eso influye positivamente en los salarios, más allá de que sean formales o no) y el retraso acumulado en los ingresos de esos trabajadores en particular, para quienes la recomposición comenzó en forma tardía en los últimos años.
En una mejora de la situación del sector informal puede haber influido, por otra parte, la actualización periódica que hace el Ministerio de Trabajo de los salarios mínimos para el personal doméstico: pese a la alta tasa de informalidad, se trata de un sector en el que las subas suelen replicarse en forma generalizada.
Tampoco es posible saber, por las estadísticas, cómo está impactando la inflación en la vida de los cuentapropistas y autónomos, que muchas veces ven limitadas sus posibilidades de elevar los montos que cobran por la prestación de sus servicios.

LOS HABERES PASIVOS

En cambio, sí es por demás conocida la situación de gran parte de los jubilados. Los que cobran haberes superiores al mínimo y también los que en los últimos años (por la forma en que se dieron los ajustes), quedaron en el escalón más bajo de ingresos, llevan acumulada una pérdida significativa del poder adquisitivo. Sólo considerando los índices oficiales de inflación, la caída llega al 30% para quienes en 2001 tenían ingresos de más de 1000 pesos.
Para ese grupo, los ajustes llegaron en forma tardía y acumulan un insuficiente 51,7%; para quienes cobraban por debajo de los $ 1000 pero tenían una jubilación o pensión superior al haber mínimo en agosto de 2004 (cuando este segmento recibió la primera recomposición), la caída del poder de compra fue del 22 por ciento.
Sólo para este año y de no existir nuevos ajustes, podría estimarse que los haberes perderían frente a la inflación, estimada en alrededor del 25% por varias consultoras privadas. Hasta ahora, el Gobierno anunció un primer aumento, del 7,5% desde marzo, y otro de igual magnitud para julio. 

domingo, 4 de mayo de 2008

Reportaje de Daniel Ponce, La Escoba, FM Palermo, 94.7

4-5-08 Daniel Ponce
La escoba
FM Palermo 94.7

ATENCION. LA NOTA ESTA SOLO EN UNO DE LOS DOS AUDIOS
PARTE 1


PARTE 2

viernes, 11 de abril de 2008

Piden que se discuta más cómo se reparte la productividad ◗ Es un punto clave para la distribución del ingreso BAE

Nota de Ana Vaiman en ocasión del seminario realizado en la Facultad de Ciencias Económicas por el CEPED junto con la Oficina Local del Banco Mundial y otras instituciones
ver la nota completa


Piden que se discuta más cómo se reparte la productividad
◗ Es un punto clave para la distribución del ingreso
ARCHIVO
El especialista Javier Lindenboim habló en un seminario
ANA VAINMAN
avainman@buenosaireseconomico.com
El especialista Javier Lindenboim sostiene que la productividad es un tema clave para lograr una mejor
redistribución del ingreso y resalta la baja en la inequidad y la pobreza y la mejora del empleo.
“LA MAGNITUD DE LA POBREZA Y LA INEQUIDAD MEJORÓ”, DIJO LINDENBOIM

Buenos Aires Económico | ECONOMÍA| 5 Viernes 11 de abril de 2008

lunes, 31 de marzo de 2008

Salarios y distribución del ingreso Columna aparecida en Página 12 el 31-3-2008


TEMAS DE DEBATE

Salarios y distribución del ingreso

La evolución de los ingresos de los trabajadores formales ha mejorado en los últimos años, aunque a ritmo más pausado en 2007. Página/12 convocó a dos economistas especialistas en el mercado laboral para analizar las perspectivas de esa variable clave de la economía.
Por Javier Lindenboim *

La recuperación es lenta

Se ha reiterado a menudo que la cantidad de dinero recibida a fin de mes por el trabajador no tiene mucho sentido si no se la relaciona con el costo que tiene para él adquirir lo que necesita con su familia para sus gastos cotidianos. Esa es, nada menos, la diferencia entre lo que se denomina el salario nominal y el salario real. Para el cálculo de este último hace falta saber cuánto varió el primero y cuánto lo hicieron los precios de aquellos bienes o servicios que se compran.
Sabemos también que la pretensión de ocultar dicha variación de precios, concretada desafortunadamente por el Gobierno desde hace más de un año a través del falseamiento de los datos del índice de precios respectivo, no puede tapar la realidad que cotidianamente golpea en los bolsillos. Tanto es así que los acuerdos salariales firmados en los meses recientes no han utilizado como referente al maltratado IPC. Más aún, el número no es creído ni tenido en cuenta por las propias autoridades. Ello se refleja en el hecho de que no se haya argumentado a favor de un hecho que, de ser cierto, merecería el caluroso apoyo: los valores de incremento salarial equivalen a dos veces y media el del índice oficial, lo cual implicaría tal aumento de la capacidad de compra salarial que justificaría una gran campaña publicitaria. Pero tal hecho no se ha escuchado, lo que se explica por el sinsentido del número referencial.
Pese a todo esto puede ser más o menos perceptible. Hay otros elementos en cambio menos evidentes. Uno de ellos alude al significado económico, social y político de la diversa rapidez con que pueden cambiar los precios. Cuando se habla de “la torta” a repartir de lo que se trata es de dimensionar cuánto es capaz de producir un país en un plazo dado. Para eso imaginamos un enorme registro en el que se multiplican las cantidades elaboradas por los precios correspondientes. Todo esto, sumando todos los bienes finales (de consumo, de inversión o de exportación) se resume en el Producto.
Lo peculiar es que todo ese valor (una vez quitados los impuestos indirectos) es apropiado por el empleador y por el asalariado. De donde la disputa básica por la distribución del ingreso se dirime en ese marco. Y si los precios de los bienes y servicios aumentan más rápido que las remuneraciones de los trabajadores es probable que estos últimos sigan perdiendo su participación general.
En los años recientes dicha participación ha mostrado cierta recuperación desde las honduras evidenciadas en el marco de la crisis de 2001-2002 como consecuencia, principalmente, de la notable recuperación del número de puestos de trabajo creados (aunque ese ritmo declinó de manera preocupante en 2007, según los escasos y poco confiables datos disponibles). Además, la mejora del salario medio se ve restringida por la subsistencia de una enorme porción de asalariados precarios o desprotegidos. En resumen, los trabajadores mejoraron su “tajada” respecto de la crisis de fin de siglo pero aún no alcanzaron los valores registrados a principios de los años noventa, momento en el que nadie diría –razonablemente– que el sector del trabajo atravesaba su “mejor momento”.
Otro elemento poco visible refiere a la diferencia interna entre los empresarios. La contracara del cambio salarial es que los empresarios están en mejor situación que hace quince años. Ese conjunto es cualquier cosa menos homogéneo. Y ello importa no sólo por razones meramente cuantitativas, sino porque los tamaños suelen expresar ubicaciones funcionales y capacidad de incidencia netamente distintas.
Muy a menudo, los productores medianos y pequeños, sean de la ciudad o del campo, de la industria, el agro o los servicios suelen no percibir que los conflictos con sus trabajadores no necesariamente son los más amenazantes para sus emprendimientos.
* Director del Ceped-UBA. Investigador del Conicet.

PAGINA 12 31-3-2008 COLUMNA Salarios y distribución del ingreso "La recuperación es lenta"

ECONOMIA › TEMAS DE DEBATE

Salarios y distribución del ingreso

La evolución de los ingresos de los trabajadores formales ha mejorado en los últimos años, aunque a ritmo más pausado en 2007. Página/12 convocó a dos economistas especialistas en el mercado laboral para analizar las perspectivas de esa variable clave de la economía.

Por Javier Lindenboim *

La recuperación es lenta

Se ha reiterado a menudo que la cantidad de dinero recibida a fin de mes por el trabajador no tiene mucho sentido si no se la relaciona con el costo que tiene para él adquirir lo que necesita con su familia para sus gastos cotidianos. Esa es, nada menos, la diferencia entre lo que se denomina el salario nominal y el salario real. Para el cálculo de este último hace falta saber cuánto varió el primero y cuánto lo hicieron los precios de aquellos bienes o servicios que se compran.
Sabemos también que la pretensión de ocultar dicha variación de precios, concretada desafortunadamente por el Gobierno desde hace más de un año a través del falseamiento de los datos del índice de precios respectivo, no puede tapar la realidad que cotidianamente golpea en los bolsillos. Tanto es así que los acuerdos salariales firmados en los meses recientes no han utilizado como referente al maltratado IPC. Más aún, el número no es creído ni tenido en cuenta por las propias autoridades. Ello se refleja en el hecho de que no se haya argumentado a favor de un hecho que, de ser cierto, merecería el caluroso apoyo: los valores de incremento salarial equivalen a dos veces y media el del índice oficial, lo cual implicaría tal aumento de la capacidad de compra salarial que justificaría una gran campaña publicitaria. Pero tal hecho no se ha escuchado, lo que se explica por el sinsentido del número referencial.
Pese a todo esto puede ser más o menos perceptible. Hay otros elementos en cambio menos evidentes. Uno de ellos alude al significado económico, social y político de la diversa rapidez con que pueden cambiar

sábado, 23 de febrero de 2008

Paritarias y distribución del ingreso Nota en Página 12 (incluye opiniones personales al respecto) 23-2-2008


El ejemplo de Moyano

Ya son dos los sindicatos que firmaron con las patronales incrementos del 19,5 por ciento. Ayer los obreros de la construcción acordaron con el sector empresario un aumento del mismo monto que el obtenido por camioneros. El acuerdo se aplica sobre los salarios básicos vigentes a fin de marzo y se hará efectivo de manera escalonada: el 10 por ciento se pagará en abril; el 5 por ciento en julio y el 4,5 restante en octubre. Además, según señalaron a este diario desde la Uocra, “al convenio incorporará el pago de un monto fijo no remunerativo de casi 300 pesos que será pagado todo junto”. Así, el deseo del Gobierno de tener un caso testigo que se convierta en la pauta a seguir por los demás gremios comienza a tomar forma. Es muy probable que en el transcurso de la próxima semana acuerden en un número muy similar otros gremios importantes como taxistas, estatales de UPCN, marítimos y los porteros.
El convenio fue firmado por el titular del gremio, Gerardo Martínez, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner, luego de un encuentro con la presidenta Cristina Fernández. El acuerdo, que involucra a casi 500 mil trabajadores, tendrá vigencia hasta marzo del 2009. Según señalaron desde el Ministerio de Trabajo, “todavía queda pendiente la redacción definitiva que incluirá las cláusulas no salariales”.
Los gremios firmantes se esfuerzan por señalar que no se trata de un acuerdo testigo y que “cada sindicato negociará de acuerdo con sus posibilidades y particularidades”. Sin embargo, desde la Uocra señalaron que podrían haber conseguido un aumento por encima del 19,5 y que el acuerdo de Camioneros fue determinante a la hora de cerrar sus negociaciones.
Las paritarias recién empezaron. Por un lado, algunos sectores empresarios, como las terminales de autos, festejan las cifras de los acuerdos y esperan que sirvan para calmar las demandas de sus trabajadores que están entre el 30 y el 35 por ciento. Por el otro, desde la UIA continúan sosteniendo que, más allá de lo convenido por Camioneros y la Uocra, las empresas del sector no podrán negociar incrementos superiores al 12 por ciento.
Del lado de los trabajadores las posiciones son diversas. La intención del Gobierno es que los metalúrgicos y los choferes de colectivos cierren en sintonía con Camioneros. Por su parte, otros gremios con menos representados están esperando “ver cómo se desarrolla todo para no quedar atrás”. En el sindicato de los empleados bancarios comienzan a bajar sus pretensiones de aumentos superiores al 30 por ciento. Pero anticipan que se negociarán aumentos diferenciados entre el sector privado y el público por el atraso existente en los salarios básicos de los primeros. A su vez, los panaderos se esfuerzan en remarcar que es indispensable reconocer que cada sector tiene diferentes realidades. El sindicato de comercio que reúne a casi 800 mil trabajadores parece tener cerrado el monto del aumento sobre el básico, alrededor del 21 por ciento, pero están buscando otro tipo de reivindicaciones y por lo tanto demorarán un poco más en cerrar sus negociaciones.
El economista de la UBA Javier Lindenboim señaló a Página/12 que en las paritarias no se están discutiendo aspectos cruciales relativos a la redistribución de la riqueza. Lindenboim destacó que “el aumento brutal de la actividad económica va de la mano del incremento de productividad laboral, pero no se habla de quién se apropia de esos incrementos” para finalizar diciendo que “es absurdo que los sindicatos no hablen de este tema”.

Página 12 23-2-2008 En un dígito, se mida como se mida

ECONOMIA › EL GOBIERNO ANUNCIO QUE LA DESOCUPACION CERRO 2007 EN UN 7,5 POR CIENTO

En un dígito, se mida como se mida

Si no se cuenta como empleados a los que reciben el Jefas y Jefes, el índice sigue por abajo de diez, en un 8,2 por ciento. Es el mejor resultado desde la crisis de 2001, pese a que los especialistas señalan que el 40 por ciento del empleo es en negro y los salarios siguen sin recuperar todo lo perdido.
 Por Sebastián Premici
El nivel de desocupación del año pasado cerró en un 7,5 por ciento. Si se toman en cuenta como desocupados a todos los que reciben un Plan Jefas y Jefes de Hogar y por lo tanto realizan una contraprestación laboral, el nivel de desempleo cerró en 8,1 por ciento. Así lo afirmó ayer el Indec, que confirmó de esta manera el anticipo realizado en los últimas días de enero por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta baja de 1,2 puntos en la desocupación respecto de igual período de 2006 tuvo como marco el crecimiento del 8,7 por ciento de la economía. Más allá de estos datos que muestran una clara recuperación del mercado de trabajo desde la crisis de 2001, varios especialistas consultados por Página/12 indicaron que todavía no hubo una recuperación de la capacidad adquisitiva de los salarios y que el 40 por ciento de la masa laboral sigue en la informalidad.
El Indec dio a conocer ayer el avance de las tasas generales del mercado de trabajo obtenidos a través de la Encuesta Permanente de Hogares en 31 conglomerados urbanos del país, realizada entre octubre y diciembre del año pasado. En esta oportunidad se incluyeron los conglomerados del Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Bahía Blanca y La Plata, ciudades que habían quedado relegadas durante la medición del tercer trimestre de 2007 por problemas administrativos y por una huelga, en el caso del Gran Buenos Aires.
Según el ente oficial, el nivel de subocupación fue del 9,1 por ciento. El nivel de demandantes, aquellas personas que trabajan menos de 35 horas semanales y quieren trabajar más, se ubicó en el 6,0 por ciento a fines de 2007, frente al 7,5 de igual período de 2006. Mientras que la subocupación no demandante se colocó en el 3,1 por ciento, dos décimas por debajo de la medición del año anterior. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, informó a fines de enero que el empleo formal creció 1,6 por ciento durante el último trimestre del año pasado y 5,6 contra igual período de 2006. Este aumento “significa el mayor crecimiento del empleo registrado durante 2007”, explicó Tomada, tras lo cual resaltó que el índice muestra 63 meses consecutivos de alza.
Más allá de estos datos favorables, todavía no ha ocurrido una real recomposición del poder adquisitivo de los salarios. Para Javier Lindemboim, economista del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo, ocho de cada diez

miércoles, 13 de febrero de 2008

Reportaje de Silvia Stang para LA NACION 13-2-2008

La distribución del ingreso

Según el Gobierno, los trabajadores se llevan 43% del PBI

Dice que ahora pesan más los salarios
Por   | LA NACION

¿Cuánto del ingreso generado por la actividad económica queda en manos de los trabajadores? Según un estudio reciente elaborado por funcionarios del Gobierno, la masa salarial representa hoy el 43% del producto bruto interno (PBI) medido en precios corrientes. Ese nivel de participación está casi dos puntos arriba respecto de 2006, cuando fue del 41,3%, aunque aún se ubica por debajo de la tasa de 2001 y mucho más aún del índice del 50% estimado para la década de 1950, aunque los economistas advierten que, en ese caso, el cálculo de la variable no permite la comparación. El informe hecho en despachos oficiales pronostica que a fines de este año se alcanzaría una tasa del 44,1% y que, en el mediano plazo (entre 5 y 7 años), se estaría llegando al 50 por ciento.
El indicador de la "distribución funcional del ingreso" señala cuánto de lo producido por la economía va a los trabajadores y cuánto queda en las empresas o, en menor medida, integra el componente "mixto bruto", que incluye a los cuentapropistas y a unidades de producción donde no puede diferenciarse la retribución al trabajo de la correspondiente al capital.
Desde 2003, la participación de los asalariados se fue recuperando, según datos oficiales. En aquel momento había caído al 34,26%; en 2004 y 2005 se elevó a razón de dos puntos porcentuales por año, en tanto que en 2006 (según el último dato difundido por el Indec) el índice llegó al 41,3 por ciento.
Para calcular la participación de los asalariados en el PBI se toma en cuenta un conjunto de datos, como los ingresos de los trabajadores formales e informales y el valor del producto a precios de mercado. Con respecto al primer punto, el estudio oficial elabora una proyección para todo 2007, ya que no están todos los datos desagregados de la encuesta permanente de hogares (EPH). En cuanto a la información sobre el PBI, es un punto en el que surgen dudas por parte de economistas consultados por LA NACION, ya que si se subestima la evolución de los precios de mercado, se reduce el número contra el que se mide la participación de los salarios que, de esta manera, tienden a ganar espacio. De todas formas, la estimación no sólo utiliza el Indice de Precios al Consumidor (IPC) -que para el Indec avanzó un 8,5% en 2007- sino también otros indicadores que permiten ver los valores de todo los componentes que integran la producción.
El economista Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires -donde durante años se estimó la variable-, señaló que