domingo, 15 de mayo de 2011

El CEPED en el suplemento económico de La Nación

Nota de Alejandro Rebossio sobre la distribución del ingreso en los últimos veinte años.

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Economía real / Lo que se llevan los trabajadores

El reparto mejora y está como en 1995

La masa salarial se recuperó del 29% del PBI en 2003 al 41%; está lejos del 50% de tiempos de Perón
Por   | LA NACION

 ex presidente Néstor Kirchner decía en sus últimos días de vida que quería volver al fifty-fifty de los primeros gobiernos de Juan Domingo Perón. Es decir, que el conjunto de todo lo que cobran los asalariados, la llamada "masa salarial", representara la mitad de todo lo que produce un país, el PBI. La otra mitad quedaría en manos de los empresarios.
En 2003, cuando Kirchner llegó al Gobierno, la masa salarial había caído, por efecto de la crisis del fin de la convertibilidad, a su nivel más bajo desde la hiperinflación de 1989. Había descendido a sólo el 29,3% del PBI. Desde entonces ha venido subiendo año tras año, hasta alcanzar el 41,2% en 2009, el último año del que se disponen datos, según nuevos cálculos preliminares y sujetos a revisión del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (Ceped) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La mejora, sin embargo, ha sido insuficiente aún para recuperar el nivel existente en 1995 (41,9%), antes de que el efecto tequila acabara con la mejora efímera que siguió a la instauración de la convertibilidad. En 1993 se había llegado al 46,2%. Entre fines de los 40 y principios de los 50, la masa salarial oscilaba entre el 45 y el 50% y entre fines de los 60 y comienzos de los 70 rondó entre el 42,5 y el 50%, según un estudio publicado el año pasado por el investigador principal del Ceped, Javier Lindenboim, y dos becarios de este centro de la Facultad de Ciencias Económicas, Damián Kennedy y Juan M. Graña, sobre el período 1946-2006.
Lindenboim tiene sus dudas sobre la mejora desde 2007, el año en que el Gobierno intervino el Indec: "Debe notarse que los cambios a partir de entonces se explican sobre la base de un moderado aumento del empleo [resultado de más asalariados protegidos y disminución de precarios], junto con un importante aumento nominal de los salarios [levemente mayor para los precarios]. Estos movimientos del empleo y de la evolución salarial que surgen del Indec llaman la atención. La variación de 2009 de la participación salarial [que saltó desde el 37,4% en 2008] deriva del peculiar comportamiento del PBI en ese año [en 2009 repercutió la crisis mundial]. Salvando las distancias, en 2001 la participación aumentó porque la caída del producto fue mayor que la registrada en la masa salarial".
La relación entre el conjunto de los sueldos y el PBI es una de las medidas que se usan para medir la distribución del ingreso. La mayor masa salarial en los primeros dos gobiernos de Perón (1946/55) fue fruto de la caída de la productividad y del alza del costo laboral. Después se inició una abrupta caída hasta tocar un pozo del 36,5% en 1959.
Después vendrían años inestables hasta que en los inicios de los 70 los guarismos oscilarían entre el 42,5 y el 50%, que fue la mejor marca histórica, en 1974, similar a la alcanzada 20 años antes. La mejora se produjo porque el costo laboral crecía más rápido que la productividad. Pero en 1975 el Rodrigazo supuso un primer tropiezo (caída de 1,7 puntos) y en 1976 el golpe de Estado lo derribó otros 17,1 puntos. En 1977 se experimentó otro nuevo mínimo, por debajo del 30%, porque la productividad permaneció estancada, pero el costo laboral experimentó una brutal caída.
La evolución de los salarios describió entonces la figura de una montaña rusa. En 1980, en plena dictadura, se lograron guarismos similares a los actuales, pero dos años después, con la crisis de la deuda externa, se cayó por debajo del 30%. Con la recuperación de la democracia se mejoró, pero con la hiperinflación se registró el mínimo histórico (28 por ciento).
Más costos y más productividad impulsaron la masa salarial en los primeros años de la convertibilidad, pero al quebrarse la paridad con el dólar volvió a derrumbarse. Entre 2003 y 2006, el costo laboral se encareció el 20,1% y la productividad se elevó un 8,1 por ciento.
Entre 1946 y 2006, el Ceped observa que el salario resignado por los trabajadores no fue a parar a mayor inversión de los patrones, que la redujeron para consumir más. Los investigadores advierten que hay que ser bastante cautelosos a la hora de declarar que tras la devaluación de 2002 se logró "el retorno a un modelo de industrialización con sustitución de importaciones, lo cual no implica negar el proceso de los años más recientes".
Ver el Suplemento Económico del Diario LA NACION, 15-5-2011
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Esta nota de inmediato se reprodujo en México
http://mx.noticias.yahoo.com/reparto-mejora-1995-030000875.html

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