Un 2016 de optimismo cauteloso
Pronostican un leve repunte en la creación de puestos de trabajo para el año que comienza
Un fin de año marcado por el cambio de signo político en el gobierno y la implementación de políticas económicas de alto impacto como el fin de las restricciones a la compra de dólares y la reducción de las retenciones a las exportaciones, generó que a la recurrente pregunta por el futuro del mercado laboral se sumaran nuevos elementos. Informes de consultoras especializadas auguran un leve repunte en las expectativas de las empresas sobre la posibilidad de contratar más personal en el primer trimestre del año, aunque hablan de un “optimismo cauteloso”, relacionado en parte con los conflictos que asoman en el horizonte sindical. Los especialistas consultados por El Economista coinciden en que los sectores de la construcción y la agroindustria motorizarán la mayor demanda de trabajo, y consideran que los sistemáticos despidos de empleados estatales puestos en marcha por el gobierno de Cambiemos no harán mella en términos de conjunto.
Matías Ghidini, gerente general de Ghidini Rodil y autor del libro Mi trabajo ahora (Temas), evaluó que durante el año que comienza se dará un escenario de búsquedas ejecutivas superador al de 2015, caracterizado por diversos factores. Entre ellos, la potencial recuperación del mercado de empleo del interior del país, consecuencia del eventual resurgimiento de las economías regionales, y el hecho de que durante los últimos años la mayoría de las compañías no se hayan “stockeado” de talentos, sino apenas “atendido urgencias impostergables y demandas específicas”. Como otro de los aspectos influyentes, el gerente de Ghidini Rodin mencionó el ingreso o retorno al país de grupos empresarios internacionales ausentes, atraídos por la promesas de condiciones económicas tentadoras.
Para Jorge Colina, jefe de investigaciones de IDESA, la situación del mercado laboral durante el 2016 dependerá de “cuan rápido se recupere el crecimiento económico”. “Si la confianza se mantiene y se empiezan a producir las inversiones se estima que en la segunda mitad del año se va a empezar a crecer a pasos importantes, por lo que podría pensarse que el empleo va a aumentar”, señaló. Colina consideró que el mayor dinamismo va a provenir, por un lado, del sector de la construcción, porque “una de las premisas del gobierno es la a recuperación de la inversión en infraestructura” y, por otro lado, de la agroindustria, “directamente beneficiada por las políticas tomadas en términos de salida del cepo y reducción de las retenciones a las exportaciones”.
Observando mediciones concretas, se advierte un cambio de tendencia en las expectativas de contratación neta en relación con el año pasado, aunque el ascenso de la curva es todavía moderado. Según un informe de Manpower, elaborado a partir de la consulta a 800 empleadores del país, se reportan intenciones de contratación “cautamente optimistas” para el período que va entre enero y marzo. Mientras que el 13% pronostica un incremento en los niveles de sus dotaciones, 5% espera un descenso y el 74% no prevé cambios, lo que arroja una expectativa neta de empleo de +8%. Esto significa una intención de contratación dos puntos porcentuales más fuerte comparada con el trimestre anterior y una mejora de cinco puntos porcentuales interanualmente.
Una encuesta de SEL Consultores ya había afirmado, antes de la segunda vuelta electoral, que el cambio de gobierno –en el sentido que fuera– traería una mejora en las perspectivas de contratación. El relevamiento de SEL entre 150 empresas líderes de Argentina indicaba entonces que un 16% de las compañías esperaban un aumento de sus dotaciones en el primer trimestre del año. En tanto, un 10% creía que habría disminuciones y el 74% restante consideraba que mantendría su plantilla actual. “Venimos de dos años en donde eran más las empresas que esperaban disminuir sus dotaciones que aquellas que esperaban aumentarlas, en una relación neta negativa. Lo que estamos viendo estos últimos meses es que se revierte esta tendencia, pero tampoco es que hay un boom”, explicó María Laura Calí, directora de SEL.
Distinto es el panorama en el sector público, donde en las últimas semanas comenzaron a implementarse despidos sistemáticos impulsados por el gobierno de Cambiemos. 2035 trabajadores fueron cesanteados en el Senado, 150 en la Jefatura de Gabinete, 4000 en la municipalidad de La Plata, más de 800 en la de Quilmes, 600 en el Centro Cultural Néstor Kirchner, entre otras dependencias del Estado.
Analizando esta situación, Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (Ceped) de la Universidad de Buenos Aires, recordó que “en Argentina hace cuatro años que no se crea empleo privado” y que “lo poco que hubo de crecimiento nominal del empleo tuvo bastante que ver con el sector estatal –sea a nivel nacional, provincial o municipal– y con el trabajo por cuenta propia”. Lindenboim concluyó que, si el poco empleo que creó tuvo estas características, no le parece prudente “patear el nido”, pero relativizó el impacto real de las medidas del Gobierno. “Una parte muy importante de este incremento del empleo estatal general tuvo menos que ver con el nivel nacional que con el provincial y municipal. Esto me hace pensar que el proceso que estamos viviendo por estos días va a ser muy ruidoso, pero de escasa magnitud relativa en términos de conjunto del nivel del empleo”, señaló.
Jorge Colina consideró que “el hecho de que se revean ciertas contrataciones realizadas por el gobierno anterior no va a impactar en los indicadores laborales” y explicó que “en el espacio del mercado laboral todo el tiempo está entrando y saliendo gente de los puestos de trabajo”. En el mismo sentido, Ghidini dijo que no cree que los despidos tengan consecuencias fuertes. “Sí considero que puede ser una fuente de nuevo empleo la migración de perfiles ejecutivos del sector privado al público, promovido por la nueva gestión de Cambiemos”, añadió.
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