Economistas reclaman un plan antiinflacionario
Los economistas Javier Lindenboim y Rubén Telechea dan su opinión tras la liberación del "cepo".
Especialistas consultados por Info Región lo consideraron “imprescindible” luego de la eliminación del “cepo cambiario”.
En sus primeras semanas de gestión el gobierno de Mauricio Macri implementó medidas económicas que impactaron fuertemente. Una de ellas fue la liberación del “cepo cambiario”.
Info Región dialogó con dos economistas para que brinden su mirada al respecto y analicen las metodologías utilizadas, y sus impactos a corto y largo plazo.
Cepo Cambiario ¿una medida imprescindible?. Una de las principales promesas de campaña del jefe de Estado fue eliminar el denominado “cepo cambiario” que estaba vigente desde fines de 2011 y que regulaba la adquisición de la divisa estadounidense. Esta medida generó disconformidad en la mayoría de la población.
Ahora, tras la liberación del “cepo”, el análisis propuesto es ahondar sobre si era necesaria la medida impulsada por Macri, si se realizó correctamente, o si fue brusca o exitosa.
En ese marco, Javier Lindenboim, economista, docente y director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue claro: “Era imposible evitar la quita del cepo”.
“El cepo fue uno de los puntos en el que los candidatos presidenciales, de manera más clara o difusa, tenían mayor coincidencia. No tanto porque sea algo deseable sino porque era imposible evitarlo, frases que se parecen pero que no son lo mismo. Efectivamente la decisión de hace cuatro años atrás de empezar a poner trabas al sector externo de la economía dejaba un terreno inevitable a las cosas que fueron ocurriendo: un estancamiento y un retroceso en la actividad económica”, consideró.
Indicó que el flujo de entrada de divisas “era cada vez más pequeño” y que resultó “inevitable que dejara de haber fondos y se recurriera a acuerdos como los swaps con China”, que según él “fue como tapar el sol con las manos”.
“Quitar el cepo no era deseable pero era necesario. La discusión era sobre si era más rápido o más lento ese cambio y cuáles eran los costos de esa medida. Creo que la decisión oficial mostró, para sorpresa de muchos, que se pudo hacer relativamente pronto en condiciones para nada propicias, por la falta de información sobre el estado real de la economía. Lo que no está claro es el efecto que todo esto puede generar en el bolsillo de la gente y en el andar cotidiana”, aclaró al tiempo que advirtió: “Si el incremento en el precio del dólar se traslada literalmente al nivel medio de los precios, sería un total desastre”.
“Nunca una devaluación debe ser preanunciada”. Por su parte, el economista y profesor titular de Economía General de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), Rubén Telechea, opinó que “la liberación del mercado cambiario arranca con dos fallas de origen”.
“El primero es que nunca una devaluación debe ser preanunciada, siempre debe ser por un factor sorpresa para que los empresarios no remarquen los precios. Y el segundo, es que tanto Mauricio Macri como Alfonso Prat Gay hablaban -antes de asumir la presidencia y el ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas, respectivamente-, de un dólar a 16 pesos tomando insólitamente como parámetro el dólar ilegal, que era un mercado chico y poco representativo. Esto que derivó en la devaluación más anunciada de la historia, generó que todos los formadores de precios aumentaran todos los productos fuertemente”, explicó.
Advirtió que tras la liberación del dólar el país se encuentra en un “callejón complicado” porque la divisa estadounidense “empieza a subir” y los funcionarios “están convencidos de que sólo con confianza se puede solucionar todo y que el mercado va a acompañar”.
“Los mercados solamente piensan en el ánimo de lucro. Hoy estamos entrando en un espiral peligroso, la inflación fue muy alta en noviembre y diciembre y se espera que en enero sea mayor. Corremos el riesgo de entrar en ese círculo perverso de que suban los precios porque sube el dólar y que el dólar suba ya que suben los precios”, criticó a Info Región.
Plan antiinflacionario. Un punto clave en el que los economistas coincidieron es que, una vez tomada la decisión, es “totalmente necesario tener un plan antiinflacionario” para proteger el bolsillo de los trabajadores.
En ese sentido, Telechea explicó que esa medida hoy no está porque “en la matriz económica de este gobierno no existe” ya que no creen en “todo lo que sea intervenir o regular los mercados”.
“Lo que había que encarar desde un principio era una serie de medidas encadenadas entre sí que todas tuvieran vinculación como por ejemplo fortificar el programa Precios Cuidados, que es apoyado por el 75 por ciento de la población según distintas encuestas, que la devaluación se produjera de forma gradual y no abrupta, o que se buscara de cerrar las cuentas de forma gradual. Obviamente que esto no era fácil pero se hizo lo más efectista, lo más rápido”, puntualizó.
Mientras que Lindenboim, opinó que “si las nuevas autoridades no quieren entrar en una abrupta recesión es imprescindible un plan antiinflacionario con una cuidadosa protección de los sectores de ingresos fijos” y que si esto no está en los planes “debería hacerse pronto”.
“Hay que hacer una discusión verdadera sobre los sectores más importantes del funcionamiento económico (empresarios y trabajadores) para que establezcan acuerdos y que estos se corroboren con participación política y se determinen horizontes sobre los cuáles se aspiran a llegar. Los automatismos del mercado nos conducen a inequidades mayores y a desequilibrios mucho más fuertes. Todo esto tiene que entrar en la balanza”, subrayó en diálogo con este medio.
Hernán Ferraro
Info Región dialogó con dos economistas para que brinden su mirada al respecto y analicen las metodologías utilizadas, y sus impactos a corto y largo plazo.
Cepo Cambiario ¿una medida imprescindible?. Una de las principales promesas de campaña del jefe de Estado fue eliminar el denominado “cepo cambiario” que estaba vigente desde fines de 2011 y que regulaba la adquisición de la divisa estadounidense. Esta medida generó disconformidad en la mayoría de la población.
Ahora, tras la liberación del “cepo”, el análisis propuesto es ahondar sobre si era necesaria la medida impulsada por Macri, si se realizó correctamente, o si fue brusca o exitosa.
En ese marco, Javier Lindenboim, economista, docente y director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue claro: “Era imposible evitar la quita del cepo”.
“El cepo fue uno de los puntos en el que los candidatos presidenciales, de manera más clara o difusa, tenían mayor coincidencia. No tanto porque sea algo deseable sino porque era imposible evitarlo, frases que se parecen pero que no son lo mismo. Efectivamente la decisión de hace cuatro años atrás de empezar a poner trabas al sector externo de la economía dejaba un terreno inevitable a las cosas que fueron ocurriendo: un estancamiento y un retroceso en la actividad económica”, consideró.
Indicó que el flujo de entrada de divisas “era cada vez más pequeño” y que resultó “inevitable que dejara de haber fondos y se recurriera a acuerdos como los swaps con China”, que según él “fue como tapar el sol con las manos”.
“Quitar el cepo no era deseable pero era necesario. La discusión era sobre si era más rápido o más lento ese cambio y cuáles eran los costos de esa medida. Creo que la decisión oficial mostró, para sorpresa de muchos, que se pudo hacer relativamente pronto en condiciones para nada propicias, por la falta de información sobre el estado real de la economía. Lo que no está claro es el efecto que todo esto puede generar en el bolsillo de la gente y en el andar cotidiana”, aclaró al tiempo que advirtió: “Si el incremento en el precio del dólar se traslada literalmente al nivel medio de los precios, sería un total desastre”.
“Nunca una devaluación debe ser preanunciada”. Por su parte, el economista y profesor titular de Economía General de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), Rubén Telechea, opinó que “la liberación del mercado cambiario arranca con dos fallas de origen”.
“El primero es que nunca una devaluación debe ser preanunciada, siempre debe ser por un factor sorpresa para que los empresarios no remarquen los precios. Y el segundo, es que tanto Mauricio Macri como Alfonso Prat Gay hablaban -antes de asumir la presidencia y el ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas, respectivamente-, de un dólar a 16 pesos tomando insólitamente como parámetro el dólar ilegal, que era un mercado chico y poco representativo. Esto que derivó en la devaluación más anunciada de la historia, generó que todos los formadores de precios aumentaran todos los productos fuertemente”, explicó.
Advirtió que tras la liberación del dólar el país se encuentra en un “callejón complicado” porque la divisa estadounidense “empieza a subir” y los funcionarios “están convencidos de que sólo con confianza se puede solucionar todo y que el mercado va a acompañar”.
“Los mercados solamente piensan en el ánimo de lucro. Hoy estamos entrando en un espiral peligroso, la inflación fue muy alta en noviembre y diciembre y se espera que en enero sea mayor. Corremos el riesgo de entrar en ese círculo perverso de que suban los precios porque sube el dólar y que el dólar suba ya que suben los precios”, criticó a Info Región.
Plan antiinflacionario. Un punto clave en el que los economistas coincidieron es que, una vez tomada la decisión, es “totalmente necesario tener un plan antiinflacionario” para proteger el bolsillo de los trabajadores.
En ese sentido, Telechea explicó que esa medida hoy no está porque “en la matriz económica de este gobierno no existe” ya que no creen en “todo lo que sea intervenir o regular los mercados”.
“Lo que había que encarar desde un principio era una serie de medidas encadenadas entre sí que todas tuvieran vinculación como por ejemplo fortificar el programa Precios Cuidados, que es apoyado por el 75 por ciento de la población según distintas encuestas, que la devaluación se produjera de forma gradual y no abrupta, o que se buscara de cerrar las cuentas de forma gradual. Obviamente que esto no era fácil pero se hizo lo más efectista, lo más rápido”, puntualizó.
Mientras que Lindenboim, opinó que “si las nuevas autoridades no quieren entrar en una abrupta recesión es imprescindible un plan antiinflacionario con una cuidadosa protección de los sectores de ingresos fijos” y que si esto no está en los planes “debería hacerse pronto”.
“Hay que hacer una discusión verdadera sobre los sectores más importantes del funcionamiento económico (empresarios y trabajadores) para que establezcan acuerdos y que estos se corroboren con participación política y se determinen horizontes sobre los cuáles se aspiran a llegar. Los automatismos del mercado nos conducen a inequidades mayores y a desequilibrios mucho más fuertes. Todo esto tiene que entrar en la balanza”, subrayó en diálogo con este medio.
Hernán Ferraro
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