Texto enviado a iECO (recogido parcialmente en la nota)
Sobre
la comparación de los nuevos datos de EPH con los anteriores
Pese a
que la información es incomparable, los ciudadanos en general o los estudiosos
no pueden evitar el intento de hacerlo.
Allí
aparecen múltiples elementos de diverso porte y significado. Uno de ellos es el
supuesto incremento de casi 400 000 desocupados. Pero también un volumen
cercano de nuevos ocupados. Hay quienes adjudican el aumento del desempleo en
parte a la situación económica deprimida actual y también al “sinceramiento” de
los datos anteriormente manipulados. La proporción de los ingredientes es
difícil de determinar pero, en cualquier caso, la información actual alude a un
mercado de trabajo preocupante. Al diagnóstico deberá agregarse los datos más
detallados que estarán disponibles en no menos de un mes.
También
puede hacerse otro ejercicio, aunque con similar cautela. Las tasas de
actividad o de empleo actualmente vigentes son casi iguales a las que regían
una década atrás.
La
diferencia cuantitativa más visible es que la tasa de desempleo era de 1,5
puntos porcentuales más alta. Lo
interesante es que en 2006 el equipo a cargo del operativo de la Encuesta de
Hogares era el mismo que el que fue repuesto en sus funciones en los meses
recientes.
La
constancia del volumen relativo de empleo podría interpretarse, al menos, de
dos maneras. Una que el mayor nivel de actividad económica es producido con
mayor eficiencia productiva. Contrariamente, la otra mirada postula que
estaríamos en presencia de un estancamiento luego de un importante lapso de
crecimiento económico
En
comparación con América Latina tanto la tasa de actividad como la de empleo son
bajas. Si bien ambas dependen en parte de la estructura poblacional y la de
nuestro país ha tendido a su envejecimiento –lo que resta potencial en las
edades centrales- es cierto que el insuficiente dinamismo de la actividad
económica parece ser un factor clave de este bajo desempeño. Un ejemplo de ello
lo proporcionan las provincias del norte argentino cuyas tasas vienen siendo
muy bajas desde hace décadas. No sabemos aún si el Plan Belgrano habrá de tener
incidencia en revertir en algo tal situación, Lo que seguro es necesario es un
importante flujo de inversión productiva.
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