Ingresos y empleo ¿sólo sensaciones?
Un par de décadas atrás, un colega ya desaparecido (ingeniero pero que trabajó como economista e historiador) recordaba el contraste que denotaban las apreciaciones individuales de empresarios entrevistados entre las referidas a su situación personal y las que caracterizaban al acontecer de su sector de pertenencia.
Palabras más o menos la descripción era esta: "en los años de Martínez de Hoz ante la pregunta sobre la situación general la respuesta era favorable mientras que al requerirse una evaluación específica de su empresa se obtenía un ´no, yo estoy en la lona´. Simétricamente, durante el primer gobierno luego de la recuperación de la democracia al repetirse el interrogatorio las respuestas se invertían: la situación individual se la veía floreciente pero la apreciación relativa al conjunto era francamente negativa".
La consultora Voices realizó, hace pocos años, una gran encuesta para recabar la opinión de los argentinos acerca de la educación. Entre las cosas que se extrajeron de ella se señala que si bien había una opinión mayoritariamente crítica o reticente sobre la educación en general las respuestas referidas a la escuela de los propios hijos eran predominantemente favorables. Aquí también parecía que el problema era “de los otros”.
De manera que en los fenómenos sociales y en sus percepciones e interpretaciones estamos lejos de encontrarnos con afirmaciones exactas o certidumbres plenas. Podemos preguntarnos ¿los fenómenos sociales son lo que son o lo que creemos que son? ¿son lo que me ocurre individualmente o lo que entiendo que es lo que le ocurre a mi entorno de pertenencia? Esto viene a cuento de la situación presente en materia social y económica, de la valoración sobre los antecedentes del acontecer actual, así como de los elementos que nos permiten hacer alguna predicción sobre el devenir próximo.¿Valen los datos? Ya comentamos en otra columna que entre el segundo y tercer trimestre de 2016 los ingresos laborales y personales registrados por la EPH habían dejado de ver socavada su capacidad de compra. Pero casi nadie se dio por enterado de tal evidencia. Aun no se cuenta con la información detallada proveniente de la EPH para extender el análisis temporal a la última parte del año pero recientemente, junto con la información sobre pobreza, la UCA mostró que los ingresos laborales tanto de los trabajadores protegidos como los de los precarios habían tenido mejoras en 2016 respecto del año previo.
Más precisamente, que en el tercer trimestre del año pasado habían mejorado respecto de la medición de fines de 2015. La única categoría ocupacional cuyos ingresos desmejoraron –según el informe de la UCA- es la de los empleos inestables pero ésta comprende a sólo un quinto de los ocupados. Ambas fuentes abonan la misma línea de interpretación: en la primavera última no sólo empezó a morigerarse el alza de precios (incluido el congelamiento judicial de tarifas) sino que se generalizaban los impactos de las mejoras acordadas en los convenios colectivos de trabajo.
¿Y de aquí en más? No es posible asegurar que los datos incipientes de los meses de verano se mantendrán o podrán aun mejorar. Sin ánimo de comparación, vale la pena recordar que a fines de 2002 había dudas de que los elementos que entonces se percibían y que eran calificados como una primavera o un “veranito” se fueran a consolidar y menos aún que alumbrarían un período significativo de recuperación primero y de crecimiento más tarde.
Para poder apreciar el verdadero significado de los indicios actuales es preciso despojarse de la intencionalidad que nos puede impulsar a creer que ya han desaparecido los obstáculos económicos y sociales o, por el contrario, que nos “convence” que nuestras predicciones más negras están en evidencia. ¿Se está creando empleo o se lo está destruyendo?
En el segundo semestre de 2016 se volvió a crear empleo (a la inversa de la primera parte del año cuando se perdieron decenas de miles) y la EPH ha mostrado una nueva baja en el desempleo en el cuarto trimestre si bien asociada con una baja de la tasa de actividad ¿Se ha perdido capacidad de compra de los ingresos laborales o se la ha recuperado en parte? Los aportes a la seguridad social del primer bimestre de 2017 han sido superiores al del lapso equivalente de 2016 en proporción similar al del aumento del índice de precios por lo que la pérdida sufrida en los meses iniciales se habría empezado a recomponer.Respecto de múltiples aspectos, la sociedad ha perdido la certidumbre sobre la información que ilustra su desempeño, como consecuencia de la destrucción sufrida por las estadísticas públicas del país en la última década y el INDEC no ha logrado aún reconquistar el lugar de confianza y seguridad que supo tener.
Se afirma con razón que no hay otro camino que el diálogo político aún bajo la forma de debate enfático de ideas y posturas. Otra cosa muy distinta es la mezquindad de facción o grupo. Para que ese diálogo sea fecundo es necesario disponer del más amplio y variado muestrario de elementos de información. Para la terquedad parcializada, en cambio, no importan los datos de la realidad. Los empresarios aludidos al inicio, para bien o para mal, confundían lo que les pasaba con lo que creían que ocurría, a veces privilegiando su deseo y en otros momentos despreciando su propia experiencia. Quizás podamos escapar de esa maraña.
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