martes, 21 de abril de 2015

Columna aparecida en Pàgina 12 20-4-2015

Página/12
ECONOMIA › TEMAS DE DEBATE: VIRTUDES Y DEFECTOS DE LA POLITICA DE EMPLEO DEL KIRCHNERISMO

El entramado del mercado laboral

Cómo han venido evolucionando las principales variables, cuáles son los problemas principales que se deben enfrentar, qué papel cumplen las paritarias en este contexto. Las principales recomendaciones de los analistas.

Magro desempeño

Por Javier Lindenboim *
Algunas realidades vinculadas a la dinámica del mercado de trabajo no están en la tapa de los diarios, pero deberían preocuparnos. Un ejemplo de ello es el magro desempeño de la creación de puestos de trabajo en los últimos años. Haciendo uso de los datos que proporciona la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec se observa este proceso de deterioro del mercado de trabajo con respecto a los primeros años del nuevo siglo.
No hay que olvidar que la década reciente se inició con altos ritmos de creación de puestos de trabajo, principalmente en relación de dependencia y con cobertura legal. Entre 2003 y 2007, la etapa de oro en casi todas las variables sociolaborales desde la salida de la crisis de 2001/02, los asalariados aumentaban 6 por ciento al año. Pero entre 2010 y 2014, la misma variable sólo crecía 0,6 por ciento por año, lo que ni siquiera alcanzó a cubrir el ritmo de aumento de la población. A su vez, en el primero de esos períodos por cada empleo precario nuevo, se creaban seis protegidos. En cambio, en el último cuatrienio, esa relación era uno de cada tres. En otras palabras, si bien en ambos lapsos siguió creciendo el empleo “en negro”, al principio lo hacía de manera muy moderada, mientras que ahora volvió a tener relevancia.
Miremos los sectores productivos típicos: la industria, la construcción, el servicio doméstico, la administración pública y el comercio. La industria crecía, al salir de la crisis, algo más de 9 por ciento anual de lo cual 8 puntos eran puestos protegidos. En el período reciente casi no se modificó la dotación asalariada industrial con la particularidad de que pierde unas décimas de protegidos y aumenta unas décimas la de precarios. En la construcción es igual o peor. Entre 2003 y 2007 crecía el empleo en esa rama 13 por ciento anual, de los cuales 8 puntos eran protegidos. Recientemente, aumentó 1,5 por ciento con pérdida del 2 por ciento de protegidos y una alza de casi 4 por ciento de los precarios. Se trata de un comportamiento parecido al de los noventa, aunque afortunadamente con una intensidad menor al de aquellos años.
El empleo en el servicio doméstico, a su turno, muestra ciertas buenas performances dentro del marco general apuntado. En ambos lapsos, el empleo protegido aumentó 2 por ciento anual. Pero el precario que subía casi 4 por ciento anual entre 2003 y 2007 bajó al 1 por ciento entre 2010 y 2014. En esta rama podríamos decir que –dentro de las limitaciones generales–parecen haber dado cierto resultado positivo los esfuerzos de regularización del trabajo desprotegido.
El empleo total en la administración pública captado por la EPH muestra un aumento similar en ambos lapsos: 2,5 por ciento anual. En el primer lapso se incluye un fuerte impulso a la regularización (con una caída importante del empleo precario), mientras que en el lapso reciente contiene un leve incremento del empleo sin protección. Ahora bien, si tomamos sólo el año 2014 la situación es más negativa, ya que los asalariados cayeron 1,5 por ciento. Casi en su totalidad el descenso lo explican los trabajos regulares, es decir, en blanco.
Eso se reproduce en todas las ramas con excepción de la construcción y los servicios sociales y personales. Pero incluso en la construcción (que aumenta su dotación asalariada) caen los empleos protegidos. Otra rama peculiar es la de comercio. En conjunto cae el empleo 3,5 por ciento, pero la caída del empleo protegido es de 4,4 por ciento con la consiguiente suba del componente precario de casi el 8 por ciento.
El desempleo, hasta ahora, no presenta modificaciones a nivel agregado según la EPH. Esa es una de las fortalezas del momento actual. De todas maneras, el descenso de la tasa de actividad sugiere, sin embargo, que hay síntomas de desaliento que pueden anticipar condiciones más complicadas en el mercado de trabajo.
* Director del Ceped e Investigador del Conicet.

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