jueves, 15 de junio de 2017

Nota de Delfina Torres en EL ECONOMISTA sobre el informe del 1er. trim 2017 de EPH




INDEC INFORMÓ QUE SUBIÓ EL DESEMPLEO Y EL GOBIERNO DIJO “ESTACIONALIDAD”

Según datos del Indec, el 23,3% de la población económicamente activa tiene problemas de empleo


Por Delfina Torres Cabreros

La tasa de desocupación quedó al borde de los dos dígitos. Según el Indec, fue de 9,2% en el primer semestre del año, lo que significa un aumento del 1,6 puntos porcentuales respecto del período anterior. Si al número de desocupados se suman aquellas personas que demandan más horas de trabajo, la tasa de activos con problemas de empleo se eleva a 23,3%, lo que representa alrededor de 2,9 millones de personas en los 31 aglomerados relevados. Por otro lado, se registró una caída de la tasa de empleo, que fue la más baja desde que la nueva gestión del organismo estadístico reanudó las mediciones.

Los datos fueron extraídos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que se realiza sobre un universo de 31 aglomerados urbanos. Según el propio Indec, los resultados arrojaron “un incremento estadísticamente significativo” de la tasa de desocupación, que pasó del 7,6% en el cuarto trimestre de 2016 a 9,2% en el primero de 2017. Según la muestra, la desocupación afecta a 1.150.000 trabajadores y a 1,9 millones si se extrapola a la población total del país. De todos modos, por el componente de la estacionalidad, la comparación correcta de la tasa de desocupación debe hacerse con los registros correspondientes al mismo período del año anterior. El problema es que los datos del primer trimestre del 2016 no están disponibles porque el Indec, que dirige Jorge Todesca, regularizó las mediciones a partir del segundo semestre del año pasado.

“El dato es sensiblemente peor de lo esperado. Aun corrigiendo el desempleo del cuarto trimestre de 2016 (7,6%) por el efecto estacional que causó una menor tasa de actividad, la desocupación en el primer trimestre de 2017 habría registrado un aumento del 1,2 puntos porcentuales (9,2% vs. 8,0%)”, aseguraron desde LCG. La consultora fundada por Martín Lousteau esbozó como posibles motivos la destrucción neta de empleo (124.000 puestos de trabajo) y la mayor cantidad de personas que ingresaron al mercado laboral esperando conseguir un trabajo (81.000), fenómeno que se observa cuando crece la necesidad de los hogares de complementar sus ingresos.


La interpretación del economista Javier Lindenboim, director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (CEPED), es un tanto más optimista, o al menos más cautelosa. En diálogo con este diario sostuvo que, más allá de que una tasa de desocupación del 9,2% es “preocupante”, no cree que los datos, cotejados correctamente, muestren “un panorama negro”. “Si uno compara los datos de los primeros meses de este año de empleo registrado (SIPA), ve que en el paquete total, el de los 12 millones, da levemente una mejoría del empleo, con lo cual parece raro que aumente la tasa de desocupación”, señaló, y añadió: “Es cierto que el empleo registrado es sólo una parte del empleo total, pero si uno toma la EPH de los últimos 15 años es excepcional que el mercado laboral de los asalariados registrados se comporte de manera contraria al del trabajo precario”.

Además, el investigador precisó que por motivos estacionales “en diez de los doce años entre 2003 y 2015 la desocupación en el primer trimestre fue superior a la del trimestre anterior (cuarto del año previo), de modo que la suba ahora no es algo novedoso”. A la inversa, sostuvo que en la mayoría de los años el desempleo en el segundo trimestre fue menor que en el primero. “Si esto se diera en 2017, el dato del segundo trimestre podría marcar una menor tasa respecto del segundo de 2016”, agregó.

Grandes urbes en problemas

Si bien desde el Indec aclararon que en 19 de los 31 aglomerados urbanos medidos los indicadores se mantuvieron “sin cambios estadística mente significativos”, se observa un aumento generalizado de la tasa de desocupación. El Gran Buenos Aires registró la tasa de desocupación más alta del país, de 10,9%, pero también tiene la tasa más elevada de actividad: 47,6%. La sigue la región pampeana, con 8,8% de desocupación, y 45,3% de actividad. Detrás se encuentra el Noroeste (6,5% y 42,6%, respectivamente), la Patagonia (5,5% y 42%) y Cuyo (4,7% y 40,7%).

En las grandes ciudades la situación es más crítica, con tasas de desocupación que se ubican por encima de la media nacional. Los partidos del Gran Buenos Aires registraron una tasa de 11,8%; Rosario, 10,3% y Córdoba, 9,6%.

Actividad, empleo y subocupación 

La tasa de actividad del primer trimestre de 2017 fue 45,5%, apenas 0,2 puntos porcentuales superior a la del período anterior, lo que puede estar afectado por estacionalidad. Durante los primeros meses del año es habitual que más personas se vuelquen a la búsqueda de trabajo. Un punto crucial a observar es la evolución de la tasa de empleo: si –excluido el efecto estacional–  tiende a declinar, a estancarse o a crecer. “Mi impresión es que tenemos rasgos tenues de que dejó de caer la tasa de empleo”, evaluó Lindenboim. Sin embargo, en los datos publicados ayer –sin desestacionalizar y sin períodos comparables–, la tasa de empleo fue de 41,3%, lo que significa un decrecimiento respecto de los tres períodos anteriores. En el segundo trimestre de 2016 fue de 41,7%, en el tercero 42,1% y en el cuarto 41,9%.

Por otro lado, en los 31 aglomerados urbanos relevados la tasa de subocupación alcanzó el 9,9%. Es decir que hay 1,24 millones de trabajadores en esa condición y 2 de cada 3 están buscando activamente trabajar más. Un dato alentador, de todos modos, es que la proporción de trabajadores ocupados demandantes se redujo 0,6 puntos porcentuales en el trimestre.

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