El empleo en época de vacas flacas
En lo que hace a la creación de puestos de trabajo culmina una década muy favorable para el sector del trabajo. El siglo XXI empezó con un alto ritmo de aumento ocupacional: casi 600 mil anuales al comienzo, 400 mil en promedio anual en la década. Estos números surgen de expandir –al total del país– los datos de la EPH en una treintena de ciudades. Si nos atenemos al universo de la EPH hablamos de 2,4 millones en el decenio, casi 250 mil al año. Del aumento decenal total, el 60% se explica por los asalariados protegidos, otro fuerte contraste con los finales del siglo XX
Esta imagen positiva puede y debe ser analizada con detalle. El primer aspecto relevante refiere a la gran diferencia de comportamiento a través del decenio. Cerca de 2/3 del total se explica por lo acontecido hasta comienzos de 2007.
El contraste entre los diez años y los últimos diez trimestres es muy interesante. Puede verse que el rol que en el promedio de la década ocupaban los asalariados protegidos o en blanco pasa –en los años recientes– a una categoría difícilmente asociable con el desarrollo con inclusión, como se afirma habitualmente: el trabajador por cuenta propia.
No sólo eso. La única categoría que pierde cuantía es, precisamente, la de los asalariados protegidos, que lideraban el aumento ocupacional en la pos crisis.
Más del 50% de todo el aumento del empleo por cuenta propia en los últimos 2,5 años (diez trimestres) corresponde sólo al último trimestre, lo cual resulta llamativo. O nos encontramos en una etapa ocupacionalmente delicada –similar a las de décadas precedentes– o esos valores provienen de una manipulación estadística. Ninguna de las dos opciones es, por cierto, estimulante.
¿Por qué el mercado de trabajo argentino retorna a una situación no virtuosa apenas desaparece el impacto de la devaluación de 2002 y la recuperación económica basada en gran medida en las pymes?
A dicho proceso le acompañó el extraordinario impulso proveniente del comercio exterior –“la soja”– que proveyó importantes ingresos a amplios sectores rurales, que se volcaron a intensificar la actividad económica del mundo urbano, en particular la construcción y los autos.
Agotado el impacto inicial en ese primer lapso, coincidente con la gestión Néstor Kirchner, se redujo la dinámica económica y se afectó la creación de empleo. Tanto que, en 2009, hubo una pequeña disminución del número de ocupados.
En cuanto a los sectores o ramas, las evidencias son contundentes. El empleo industrial creció en el decenio 19%, pero, de esos 19 puntos, 17 se agregaron hasta 2006. De allí en más, el estancamiento es casi absoluto. Comparado el decenio con los diez trimestres recientes, el importante incremento promedio de la década contrasta con la reciente disminución absoluta de la ocupación industrial. En la construcción, hubo una notable baja de la absorción.
Sobre los ingresos, en el decenio la “distancia” entre el salario de los trabajadores protegidos y de los precarios se ha mantenido. Esto puede interpretarse, positivamente, como que las mejoras derivadas del aumento de los pisos legales y convencionales tienen un arrastre favorable para los no cubiertos por esas normas. Pero también, menos satisfactoriamente, puede observarse que aunque el nuevo empleo fue casi totalmente protegido, no pudo achicar la distancia de ingresos de unos y otros. Entre otras causas, porque aún uno de cada tres asalariados es “desprotegido”.
¿Tendrá que ver con las medidas económicas adoptadas, con la ausencia de cambios en la estructura productiva o con ambas a la vez?
Esta imagen positiva puede y debe ser analizada con detalle. El primer aspecto relevante refiere a la gran diferencia de comportamiento a través del decenio. Cerca de 2/3 del total se explica por lo acontecido hasta comienzos de 2007.
El contraste entre los diez años y los últimos diez trimestres es muy interesante. Puede verse que el rol que en el promedio de la década ocupaban los asalariados protegidos o en blanco pasa –en los años recientes– a una categoría difícilmente asociable con el desarrollo con inclusión, como se afirma habitualmente: el trabajador por cuenta propia.
No sólo eso. La única categoría que pierde cuantía es, precisamente, la de los asalariados protegidos, que lideraban el aumento ocupacional en la pos crisis.
Más del 50% de todo el aumento del empleo por cuenta propia en los últimos 2,5 años (diez trimestres) corresponde sólo al último trimestre, lo cual resulta llamativo. O nos encontramos en una etapa ocupacionalmente delicada –similar a las de décadas precedentes– o esos valores provienen de una manipulación estadística. Ninguna de las dos opciones es, por cierto, estimulante.
¿Por qué el mercado de trabajo argentino retorna a una situación no virtuosa apenas desaparece el impacto de la devaluación de 2002 y la recuperación económica basada en gran medida en las pymes?
A dicho proceso le acompañó el extraordinario impulso proveniente del comercio exterior –“la soja”– que proveyó importantes ingresos a amplios sectores rurales, que se volcaron a intensificar la actividad económica del mundo urbano, en particular la construcción y los autos.
Agotado el impacto inicial en ese primer lapso, coincidente con la gestión Néstor Kirchner, se redujo la dinámica económica y se afectó la creación de empleo. Tanto que, en 2009, hubo una pequeña disminución del número de ocupados.
En cuanto a los sectores o ramas, las evidencias son contundentes. El empleo industrial creció en el decenio 19%, pero, de esos 19 puntos, 17 se agregaron hasta 2006. De allí en más, el estancamiento es casi absoluto. Comparado el decenio con los diez trimestres recientes, el importante incremento promedio de la década contrasta con la reciente disminución absoluta de la ocupación industrial. En la construcción, hubo una notable baja de la absorción.
Sobre los ingresos, en el decenio la “distancia” entre el salario de los trabajadores protegidos y de los precarios se ha mantenido. Esto puede interpretarse, positivamente, como que las mejoras derivadas del aumento de los pisos legales y convencionales tienen un arrastre favorable para los no cubiertos por esas normas. Pero también, menos satisfactoriamente, puede observarse que aunque el nuevo empleo fue casi totalmente protegido, no pudo achicar la distancia de ingresos de unos y otros. Entre otras causas, porque aún uno de cada tres asalariados es “desprotegido”.
¿Tendrá que ver con las medidas económicas adoptadas, con la ausencia de cambios en la estructura productiva o con ambas a la vez?
* Director del Ceped/UBA e Investigador del Conicet.
Aumento medio anual del empleo según categorías
ocupacionales. Total aglomerados EPH (miles)
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Últimos
10 trimestres
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Últimos
10 años
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102
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Cuenta Propia
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27
|
|
18
|
Asalariados públicos
|
30
|
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-24
|
Asalariados privados protegidos
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150
|
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23
|
Asalariados privados precarios
|
12
|
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27
|
Servicio doméstico
|
|
14
|
9
|
Resto
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13
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155
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Total
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246
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